Se niega a celebrar su boda sin su abuela y la visita a pesar del peligro de la pandemia

Cuando los felices novios Shauna Varner y Travis Scepaniak comenzaron a planificar su boda, a mediados del año pasado, jamás imaginaron que el día más importante para ambos se celebraría durante una pandemia. Pero pese a todas las dificultades que golpean sus realidades, la pareja decidió seguir adelante con su matrimonio y darle prioridad a su amor.

Todo se debía modificar y adaptar a las nuevas circunstancias impuestas por el coronavirus. Sin embargo, había algo importante a lo que no estaban dispuestos a renunciar por nada del mundo y era la presencia de su amada abuela Janis en ese gran día.

La abuela de Shauna iba a hacer una lectura durante la ceremonia pero, debido a los temores de contagio, el Centro de Recuperación Rápida y Acuática de Country Manor en Sartell implementó una política de no admisión que imposibilitaría incluso que la abuelita saliera del recinto.

La medida había sido implementada desde el mes de marzo y aún se mantiene por eso el 25 de abril, cuando se celebró la boda, Shauna y Janis se sentía tristes por la imposibilidad de estar juntas en ese gran día.

La abuelita había grabado las palabras que leería en la boda y sorprendió a su nieta con un vídeo pero no sospechaba que ese mismo día ella también sería sorprendida.

El padre de Shauna, Jeff Varner, contactó con Emily Frericks quien es la directora de relaciones públicas y marketing del Centro y juntos planificaron un modo para que la novia y su abuelita pudiesen compartir al menos un momento de ese gran día.

El personal del Country Manor llevó a Janis a una visita repentina, donde la esperaba su amada nieta para que al menos pudiese verla vestida de novia a través de la puerta de vidrio del Centro de Recuperación.

El momento fue realmente emotivo y Shauna agradeció al personal del lugar no sólo por atender a su abuelita, sino por todo el empeño que pusieron para hacer realidad ese encuentro.

Además, el asunto no fue solo llevarla hasta la ventana, sino que en el lugar se dedicaron por dejar a la tierna abuelita lo más acorde a la ocasión posible.

«Con el cierre de los servicios de salón, implicó un esfuerzo conjunto de nosotros que sin ser profesionales, debimos arreglar su cabello, pero ella estaba satisfecha con el resultado final y eso es todo lo que importa. Se sentía hermosa, algo gratificante para el personal», dijo Frericks.

En medio de tantas tristezas es bueno saber que las personas buscan los mejores medios para continuar con la vida de un modo más ameno y animándose y ayudándose a salir adelante.

Es importante llenarse de momentos agradables para no sucumbir ante tantas noticias tristes, así que nos alegra que esta novia haya podido ver a su abuelita en un día tan especial.

No dejemos que el COVID-19 destruya nuestras vidas y unidos démosle al mundo la mayor sobredosis de amor y solidaridad con nuestros actos, comparte esta historia y enséñales a todos que con pequeños detalles podemos hacer la diferencia.

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