Perder un hijo es una de las experiencias más duras de la vida. Y a los padres el único consuelo que les queda es velar su cuerpecito y darle el último adiós. Pero a una pareja de Chiapas, México, hasta eso les fue arrebatado.
Los hechos sucedieron en la comunidad de El Limonar, en el municipio mexicano de Ocosingo. Se trata de una mujer que aparentemente dio a luz en su domicilio en la madrugada del sábado.
Pero nada fue como esperó, así que de urgencia tuvieron que trasladarla en primera instancia al nosocomio de San Domingo de Ocosingo. Pero ya en ese centro hospitalario las cosas se complicaron aún más, por lo que fue llevada al hospital Palenque de Chiapas, donde finalmente le atendieron a las 7 de la mañana.
Pero tristemente en ese segundo centro hospitalario no hubo nada que pudieran hacer por el pequeño y perdió la vida.
Tras la tristeza y el dolor que embargaba a la pareja, el padre fue a recoger el cuerpo del bebé en el hospital Palenque. El personal de la morgue le entregó dentro de los trámites normales un ataúd blanco sellado junto al acta de defunción.
Dadas las dolorosas circunstancias, el padre nunca pidió reconocimiento del pequeño cuerpo ni nada semejante, simplemente se llevó el ataúd de su pequeño para llorar su partida junto a su esposa y darle cristiana sepultura.
Ya en su domicilio el pasado domingo, su sorpresa y su dolor fue enorme al abrir el féretro y descubrir que no había más que un amasijo de sábanas sucias, bolsas de basura y plásticos varios.
No se sabe exactamente qué sucedió entre las 11 de la mañana, momento en que falleció el bebé y las 2 de la tarde, cuando Manuel, el padre, recibió la orden de bajar al sótano del hospital para recoger el ataúd.
En medio de la desolación no dudaron en extender una queja al hospital, desde donde solo han recibido el silencio como respuesta.
Sin embargo, la Secretaría de Salud se ha comprometido en investigar el caso, y llegar a fondo en los motivos por los que no se aplicaron los protocolos requeridos en este tipo de situaciones y ha dicho que sancionará a los responsables de esta terrible negligencia.
Mientras tanto, Manuel y su esposa, sólo esperan que les devuelvan el cuerpo de su pequeño y ruegan al cielo que no lo hayan usado para otros fines, algo que terminaría por destrozarlos por completo.
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