Nunca recibió un juguete cuando era niño y se dedica a fabricarlos para los más pobres

Si hay algo con lo que todos asociamos la Navidad es con la enorme sonrisa que se dibuja en el rostro de los niños cuando reciben sus regalos. Lamentablemente, muchas familias no cuentan con los recursos suficientes para celebrar esta conocida tradición.

Jim Annis es un veterano que sabe muy bien lo tristes que se sienten los pequeños si no llegan a recibir un juguete.

Él creció con cinco hermanos más y en más de una ocasión sus padres con contaban con el dinero suficiente para comprar los juguetes que tanto habían pedido.

“Mi papá trabajaba mucho, pero no lograba hacer dinero suficiente. Es difícil tener una Navidad grande en una casa con tantos hijos”, explicó Jim.

Es por eso que Jim tomó la decisión de ayudar a tantos niños como fuese posible. Él tiene un enorme talento para trabajar con la madera así que cuando se acercan las navidades comienza a fabricar hermosos juguetes y los entrega a los pequeños de bajos recursos.

Muchos han comenzado a llamarlo “el Santa de la vida real” debido a que es un adorable abuelito que no hace más que entregar regalos. Sin embargo, esto es algo que Jim viene realizando desde que tenía poco más de 30 años.

Jim gasta cerca de mil dólares de su propio bolsillo para comprar los materiales necesarios y recibe un poco de ayuda extra de parte de diferentes familias en su comunidad.

El dulce abuelito ha realizado esta labor desde 50 años así que ha ido perfeccionando su técnica y cada una de sus piezas es realmente única y hermosa.

En total, Jim hace 300 carritos, cerditos para utilizar de alcancía, muñecas y hasta camiones de bomberos.

“Mi pago por hacer esto es ver la sonrisa en la cara de los niños. Espero poder seguir haciendo esto hasta que ya no me queden fuerzas”, dijo Jim.

Para repartir sus juguetes, Jim trabaja junto a la Fundación Salvation Army. Ellos se dirigen a su zona para entregar alimentos a las familias más necesitadas y Jim se une a ellos para brindar la maravillosa sorpresa que alegrará la Navidad de cientos de niños.

Para él, no hay nada mejor que ver la alegría con la que tantos reciben sus regalos. No hay dudas de que este trabajador abuelito es una verdadera fuente de inspiración.

Su trabajo merece ser conocido en el mundo entero. Nada más bonito que dar lo mejor de ti para ayudar a quienes más lo necesitan. ¡Comparte!

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