El viaje de una abuelita de 93 años que lo deja todo para ayudar a otros emociona a su nieta

Irma es una mujer de 93 años que está causando conmoción en las redes, su imagen se ha convertido en un símbolo de solidaridad que ha inspirado a todos a reflexionar sobre la importancia de ayudar a quienes lo necesitan.

Ella viajó a Kenia, en África, para trabajar como voluntaria en un orfanato y su labor está causando revuelo.

Su nieta, Elisa Coltro, publicó su historia en su perfil de Facebook y escribió: “Esta es mi abuela Irma, una jovencita de 93 años que esta noche se fue a Kenia.

No va a una aldea turística con todo incluido, sino a un pueblo de niños, a un orfanato. Se las muestro porque creo que todos debemos mantener siempre un poco de inconsciencia para vivir y no para sobrevivir. Mírenla, ¿pero ¿quién la detiene? Yo la amo”.

Compartió las imágenes de su abuela en el aeropuerto de Milán, Italia, cuando estaba a punto de partir. Su decisión sorprendió a su nieta, quien comentó: “Mi abuela siempre amó la vida y nada la detuvo.

Dedicó su existencia a su familia y a ayudar a quien la rodea. Para mí siempre fue un ejemplo. Mi madre me mandó la foto desde el aeropuerto y al ver a mi abuela con su maleta roja y su bastón me sentí tan orgullosa que decidí hacer esta publicación”.

Muchas personas en Italia la han bautizado como “Nonna Irma”, vive en Noventana, Vicentina, en el norte de Italia. Cuando tenía 26 años se quedó viuda, tenía 3 hijos en ese momento. Además, tuvo que enfrentarse a la pérdida de una de sus hijas.

Cuando Irma llegó a su destino comentó “Estoy bien. El viaje fue largo, pero ya estoy operativa. Y soy feliz”.

Ahora ella se convirtió en una celebridad y en la abuela de todos. En su maleta llevó hilos de muchos colores, tijeras, pegamento y muchas postales porque una de sus actividades favoritas es coser cajas con postales viejas.

Durante su viaje trabajó con un orfanato conducido como Don Remigio, un misionero de Vicenza en Veneto. Ella colaboró durante años con voluntariado, pero esta vez decidió que quería participar en persona.

Viajó con su hija y con una pareja de voluntarios amigos y se quedó por tres semanas.
Su nieta comentó que tal vez no regrese, “Al final decidirá quedarse en Kenya y no regresará más. Todo es posible, conociendo su gran corazón y energía”.

Sin duda Irma nos regaló a todos una importante lección, no te vayas sin compartirla.

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