«No soy terrible, estoy frustrada»- El diario de una niña de 2 años dirigido a todos los padres

La crianza de un niño no es cosa sencilla, todos sabemos lo traviesos y complicados que pueden llegar a ser cuando están en una edad temprana en la que aún no saben comunicarse ni regular sus emociones.

Este asunto es de conocimiento general, pero la publicación de una madre sobre este tema, se ha hecho viral por su importante mensaje: los niños son incomprendidos.

Dejah Roman, de Norwalk, Iowa, es la autora de «Diario de un niño de 2 años» con más de 42.000 acciones hasta el momento.

Roman es madre de cuatro niños pero no sólo tiene esta experiencia como para hablar del tema, sino que además dirigió una guardería local durante 15 años. Así que podemos decir con propiedad que la mujer tiene conocimientos en la materia.

Su planteamiento es sencillo: muchas de las crisis que hacen los niños son más que una malcriadez, simplemente es el modo de expresar su desacuerdo pues en la mayoría de los casos los niños son incomprendidos por los adultos.

El título de la publicación va en compás con el tono que utiliza para explicar su planteamiento. 

En su publicación habla una niña de 2 años y la gente ha podido leer los pensamientos de una pequeña en situaciones tan cotidianas como las siguientes:

“Quería caminar hacia el auto y entrar por mi cuenta, pero me dijeron: “No, tenemos que irnos, no tenemos tiempo. Quería hacerlo”. Esto me hizo llorar.

Quería salir del auto por mi cuenta, pero me dijeron «No, no tenemos tiempo, déjenme hacerlo, quiero probar mis capacidades». Esto me hizo querer huir.

Más tarde quise jugar con bloques pero me dijeron ‘no, no así,así …’ Decidí que ya no quería jugar con bloques. Quería jugar con una muñeca que alguien más tenía, así que la tomé. Me dijeron ‘¡No, no hagas eso! Tienes que compartir'».

Si esta breve narración te hace ruido y te sientes aludido, no te alarmes pues no eres la única persona que se ha identificado. Sin embargo, la intención de Roman ha sido esa: captar la atención para producir un cambio.

“Nuestros niños pequeños no tienen elección ni voz. Simplemente los cambiamos de lugar. Si hubiera un adulto que te tocara sin preguntar, y que te reprenda mientras lloras…seguramente también te enojarías».

Dejah desea que los adultos entiendan lo irrespetuosos que llegamos a ser con los chicos al obligarlos a hacer cosas que quizás ni nosotros mismos haríamos.

Claramente todo debe tener un orden aunque no sea cuestión de promover una pseudo “liberación infantil”, pero sí mayor empatía hacia ellos e intentar ponernos en sus zapatos.

«Ellos son mucho más capaces de lo que pensamos y en realidad somos bastante irrespetuosos. Hacemos cosas para mantenerlos a salvo y presuntamente para ponerles límites pero sin darnos cuenta vulneramos sus derechos», dijo Dejah.

La publicación de Roman data del 2017 pero recientemente, Mary Katherine Backstrom, propietaria del sitio web para padres Mom Babble, volvió a publicarla junto a una foto de su hija, Holland durante una crisis.

Publicación completa sobre el «Diario de un niño de 2 años»:

La Dra. Stephanie Samar, psicóloga clínica del Centro de trastornos del estado de ánimo del Child Mind Institute, dijo que la publicación de Roman tiene sentido y su consejo a los padres es dar un paso atrás y buscar comprender la emoción de su hijo en el momento de crisis para ayudarlo.

“Los niños pequeños a menudo se frustran cuando no pueden expresar verbalmente sus necesidades y no pueden comunicarse eficazmente. Si no quieres que grite no le grites, está viendo todo y lo irá replicando», dijo Samar.

Ojalá que todos los adultos pudieran conectarse emocionalmente con los más pequeños, ellos son completamente vulnerables y dependientes. En sus primeros años de vida necesitan contensión, seguridad y amor para su óptimo desarrollo.

Nada justificará que durante la enseñanza se les falte el respeto, ellos jamás deberían aprender desde el miedo a los gritos o agresiones físicas o desde el dolor de la indiferencia de un adulto que subestima su llanto o su frustración.

Pero sí deben aprender desde el ejemplo de los adultos que se supone que sí saben regular sus emociones.  Ningún adulto debería hacerle un niño lo que no permitiría que le hicieran, por ser pequeños y dependientes no merecen un trato injusto.

Lamentablemente muchos niños sufren abandono físico y emocional, crecen sin aprender a regular sus emociones ni a comunicarse asertivamente, sintiéndose inseguros e incapaces por culpa de unos padres que no les ofrecieron confianza, que no potenciaron sus capacidades y que no les enseñaron que merecen respeto.

Vale la pena compartir esta información, todos los problemas del mundo parten de los errores cometidos en la crianza de los niños.

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