Megan, madre de dos niños, condujo a 190 kilómetros por hora sin pensar en las consecuencias

Estar sentado detrás de un volante y poner en marcha un auto es una gran responsabilidad, el chofer no sólo tiene sobre sus hombros el cuidado de su propia vida y de los pasajeros que viajan consigo, sino también todas aquellas personas del entorno.

Megan Nolan, una madre de 24 años ha sido juzgada por conducir su coche a exceso de velocidad y poner en riesgo la vida de otras personas. Fue condenada a cumplir una condena de un año, pagar una multa de casi 190 dólares y la suspensión de la licencia de conducir por 3 años.

Esta mujer de Manchester, llevaba a sus amigos a casa después de compartir con ellos e ingerir alcohol. La velocidad del auto llamó poderosamente la atención de una patrulla de la policía que se encontraba en el camino. Inmediatamente las autoridades iniciaron una persecución para detenerla.

Era evidente que esta mujer trató de burlar a las autoridades. Cada vez aceleraba más el coche tratando de escapar de los oficiales e ignorando todas las señales de alto, llegó a una velocidad mayor de 190 kilómetros por hora.

El vehículo se perdió de vista y la patrulla se vio en la obligación de solicitar apoyo porque el peligro era cada vez mayor, el auto no sólo obvió los límites de velocidad permitidos, sino que también pasó por alto varias luces rojas de los semáforos y muchas intersecciones.

Parte del recorrido de esta mujer fue grabado por un circuito cerrado de televisión. Cuando Megan vio las imágenes sólo colocó sus manos en la cabeza y empezó a llorar sintiéndose avergonzada con su madre que se encontraba dentro de la sala.

La carretera estaba oscura y con poco tráfico, afortunadamente la policía pudo alcanzar al Volkswagen Sirocco negro y no hubo ningún accidente que lamentar.

En la persecución, la primera patrulla perdió de vista el vehículo, pero afortunadamente otra patrulla estaba cerca y dio el apoyo para continuar el operativo.

La velocidad del coche superó los 190 kilómetros por hora. El vehículo se vio obligado a salir en el cruce de Wythenshawe, donde pasó por alto otras 3 luces rojas. En esta zona residencial el coche iba a más de 110 kilómetros por hora.

Megan condujo su coche por el lado contrario de la carretera y de pronto comenzó a salir humo por el motor, no tuvo otra opción que abandonar el vehículo y en lugar de entregarse a las autoridades corrió para escapar de los policías, quienes la atraparon a corta distancia.

Finalmente, la persecución terminó después de casi media hora. Afortunadamente no hubo heridos ni vidas que lamentar.

Cuando Megan fue interrogada por la policía admitió haber ingerido alcohol, alegó que estaba conduciendo a casa cuando las luces de los oficiales la hicieron entrar en pánico y por eso aceleró.

Ella se declaró culpable en el Tribunal de Magistrados de Manchester y Salford. Admitió que las imágenes vistas en la grabación demostraron que había conducido irresponsablemente. Añadió que no tenía seguro y había sido «una estúpida idiota que tuvo suerte de que nadie hubiera salido herido».

En su defensa, Mike Harman, argumentó que Megan fue víctima de mucho estrés porque una semana después a este evento ella sería testigo de la parte acusadora en un caso judicial. Mike resaltó que ella tenía un expediente intachable, sin una advertencia o reprimenda.

Es madre de un niño de 5 años y otro de 3 años, de una buena familia y todas las referencias de quienes la conocen son positivas. 

Mike expresó que a veces la gente intachable puede cometer errores. No hubo colisión, los daños recayeron sobre el auto de ella, y afortunadamente nadie resultó herido.

Su defensa continuó con su exposición en la corte diciendo que ella estaba siendo calificada como una víctima de alto riesgo, realmente sería una tragedia para ella y para sus hijos que la enviaran a prisión. Ella tiene un trabajo a partir del mes de septiembre donde se desempeñaría como asistente de enseñanza.

El juez Rudland dijo a Megan que reconoce que no tiene antecedentes y que es una madre de 2 hijos. Sin embargo, afirma que este ha sido el peor de los casos relacionados con la conducción de un auto que ha visto en sus 15 años de carrera.

Durante más de 20 minutos, la grabación evidenció una descarada e irresponsable conducción con una persecución de las autoridades, con sirenas y luces tratando de alertar y detenerla.

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Según el Juez, realmente esta chica no pensó en nadie, ni en sus hijos, ni en su madre, ni en su próximo trabajo, ni en los agentes policiales, ni en las personas que estaban expuestas al peligro que al que las sometió.

Ella había consumido alcohol y la corte supone que esa fue la verdadera razón por la que trató de evadir a la policía, ignorando las luces de alto, cruzando las intersecciones sin bajar la velocidad que siempre estuvo muy por encima de los límites permitidos.

Además estuvo pasando de un canal a otro sin prestar atención al resto de los vehículos que se acercaban.

Resaltó que afortunadamente ninguna persona resultó herida, pero sí hubo residentes que fueron alarmados con las sirenas y las luces de las patrullas por un comportamiento egoísta y arriesgado.

Megan fue privada de su libertad por un año. Ella cumplirá la mitad de su sentencia bajo custodia y el resto bajo licencia, con supervisión de 6 meses y un recargo de casi 190 dólares.

La corte no sintió agrado en separar a una madre de sus hijos, pero a la luz de los delitos cometidos debe cumplir la pena impuesta. También fue descalificada de conducir por 3 años, su licencia fue endosada y deberá tomar una prueba de conducción extendida.

El juez también manifestó su agradecimiento y admiración por los agentes de la policía involucrados en el caso por su serenidad, entrega, vocación, cuidado y profesionalismo en el ejercicio de su trabajo día a día.

 Conducir un vehículo es una responsabilidad muy grande y arriesgar la vida propia y la de otros sin pensar en las consecuencias es un acto inconsciente y sin cordura que no debe pasar. Comparte esta historia y ayudemos a crear consciencia.

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