Los médicos intentan consolar a la madre del niño de 7 años que temen perder

La pandemia por el COVID-19 no hace distinción de personas, una gran cantidad de menores de edad han sido afectados, y si presentan patologías previas la situación empeora. Tal es el caso de un niño en Brasil, después de un angustioso mes pudo por fin ver una luz al final del túnel.

Se enfrentó a una gran batalla

Luan Almeida de Queiroz de 7 años de edad, nació con una enfermedad congénita denominada anemia de células falciformes que conlleva a la creación de glóbulos rojos en cantidades fuera de lo normal.

Gilsilene Almeida Lisboa Queiroz, madre del niño y su esposo trataban de cuidarlo más de lo acostumbrado por el temor de que pudiera contagiarse debido a sus antecedentes de salud.

Sin embargo, enfermó. Los primeros síntomas empezaron a manifestarse a principios del mes de marzo. Sus padres también dieron positivo por COVID-19 pero no presentaron complicaciones, eso los sorprendió, su niño si la estaba pasando mal y tuvieron que llevarlo al médico.

“Tenía dolor de cabeza y fiebre. Cuando empezó a tener dolor de espalda, tuvimos que llevarlo al hospital. Le hicieron un examen y decidieron hospitalizarlo el 07 de marzo”, dijo la preocupada madre.

Luan ingresó a un hospital privado en Catanduva, Sao Paolo; su cuadro clínico se complicó y empeoró, desarrolló neumonía bacteriana bilateral como consecuencia del contagio y debía ser intubado de emergencia. La angustia se apoderó de la familia, estaban pegados a su fe.

“Me desesperé cuando mi hijo estuvo intubado durante 24 horas. Estaba muy conmocionado por todo. Se puso realmente mal. Tuvieron que drenar las secreciones de sus pulmones. Pero terminé apegándome mucho a Dios. Se despertó al día siguiente llamándome. Estaba muy feliz”, dijo Gilsilene.

El pequeño permaneció 16 días en la Unidad Respiratoria del Hospital Unimed São Domingos (HUSD). Después fue trasladado a pediatría y pasados 21 días empezó a presentar mejoría, los médicos decidieron darle de alta el sábado 27 de marzo.

Luan no cabía dentro de su felicidad, ahora podría ver en su casa los dibujos animados que tanto le gustaban. Será tratado con un hematólogo para hacer el debido seguimiento.

Renato Lorezon, el pediatra que atendió al niño, reconoció que el equipo médico estuvo muy preocupado por él, hubo un momento en que creyeron que lo perderían. Y Gilsilene, dirigió palabras de ánimo a las madres que están pasando por la misma situación.

“Fue una lucha diaria. No fui solo yo quien lo cuidó, fue todo un equipo el que ayudó. Pasó por el filo de la navaja, sí. Luan está bien, pero hubo momentos en los que tuvimos que contenernos al hablar con su madre. Necesitábamos transferirle la confianza a la madre, pero teníamos miedo de perderlo”, dijo con sinceridad el galeno.

El médico exhortó a las familias a que eviten exponer a los niños, debe enseñárseles a que entiendan la magnitud de la problemática que se está viviendo y así evitar contagios en la familia. En la medida en que todos pongamos de nuestra parte habrá más posibilidades superar la pandemia.

Recuerda que cada uno de nosotros debe poner de su parte para superar este duro trance que tanto daño ha causado en todo el mundo. Comparte este caso tan conmovedor.

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