Les responde a quienes se burlan de su oficio porque «los indígenas solo trabajan en el campo»

A pesar de que la humanidad ha superado muchas conductas que no tienen razón de ser, hay otras que siguen causando polémica entre las personas, una de ellas es el considerar ciertos oficios como pertenecientes solo a un género.

Tal como le sucedió a un joven que, sin importar lo que dijeran de él, decidió seguir con su pasión de ser tejedor, y esto lo llevó hasta un evento de moda de importancia mundial.

Alberto López Gómez, de Chiapas, México, es el mejor ejemplo de lo que la perseverancia y la pasión les dejan a las personas que luchan por sus sueños sin importar el qué dirán, el es originario de una comunidad indígena de dicho país, la comunidad tzotzil, y esto fue sinónimo de tener que lidiar día a día con personas que lo señalaban por dedicarse a un oficio que es considerado algo propio de las mujeres: el tejido.

Pero Alberto fue fuerte y dejó de lado todo lo que escuchaba que decían las personas de él, siguió adelante y se especializo en lo que más le gustaba: tejer en telar de cintura; y ahora, a sus 31 años de edad ha sido invitado al Fashion Week que se realizará pronto en la ciudad de Nueva York.

“Cuando las personas me decían que yo pertenecía al campo por ser hombre, yo me decía a mí mismo que no debía llorar, que tenía que demostrar mis talentos y que lo que hacía no era nada malo”, declaró Alberto.

Alberto lleva relativamente poco tiempo en su nuevo oficio, cerca de seis años, ya que le costó mucho trabajo tomar la decisión de dejar el trabajo que por tradición les corresponde a los hombres de su comunidad y comunicarle a su mamá su deseo de tejer en telar.

“Me costó mucho trabajo expresarle a mi mamá mi deseo, pero cuando se lo dije, aunque la tomé por sorpresa, ella me apoyó desde el primer momento”, expresó Alberto.

Alberto aprendió a tejer gracias al apoyo de su hermana y de su mamá, y se abrió camino en el bello camino de los hilos, y su talento es evidente, pues le ha abierto las puertas del mundo de la moda.

“Tejía 14 horas seguidas, pues sé que esta labor necesita dedicación y práctica, así fue como desarrollé y perfeccioné mis técnicas de confección, de colorimetría y de diseño”, declaró Alberto.

Con mucho esfuerzo y sin miedo, Alberto logró abrir un estudio donde reunió y expuso el trabajo de trabajo de jóvenes tzotziles y el suyo, por supuesto.

Así fue como alguien en el extranjero lo descubrió y ha logrado que lo inviten a uno de los eventos más importantes del mundo de la moda, donde sabemos enamorará a más personas con el arte que hacen sus manos.

Además visitará la Universidad de Harvard para impartir una conferencia sobre la cosmovisión de su comunidad y cómo está plasmada en los huipiles, que es una vestimenta tradicional de diferentes comunidades indígenas.

Comparte esta historia para que sirva como inspiración a las personas que no se han atrevido a perseguir sus sueños, nada debería ser un impedimento para hacer lo que más nos apasiona.

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