Le compran un par de calcetines de 250 euros a su bebé sin imaginar que le salvarían la vida

Un padre nervioso ha demostrado cómo gastar 250 euros en un par de super calcetines, salva la vida de un bebé.

Kate Crawford y Ryan Golinski, una pareja de 26 años de Philadelphia, Estados Unidos, esperaban con muchas ansias la llegada de su bebé, que finalmente nació el 11 de julio de este año, pesando 3.900 saludables kilos .

Los nervios de padre primerizo hicieron que Ryan decidiera gastar 250 euros en un par de calcetines que mide el ritmo cardíaco de los bebés. Pero si bien todos pensaron que era un gasto innecesario, gracias a eso, su hijo está hoy vivo.

Bryce, el pequeño que salvó su vida gracias a las medias de 250 euros.

El electricista y la maestra de educación especial eran los típicos padres primerizos que no podían manejar sus nervios y cuidados. Por eso extremaron medidas para cuidar al bebé.

Por eso compraron unas medias que venían con un monitor de latidos, para estar extra seguros de la salud del bebé.

Y fue una decisión muy acertada de estos padres, pues le salvó la vida a su bebé, Bryce. Cuando el bebé apenas había cumplido 1 mes, una noche se fueron a dormir, escucharon una alarma del monitor mientras el pequeño dormía. Los latidos del pequeño habían alcanzado las 260 pulsaciones por minuto, el doble de lo normal.

Apenas fueron alertados por la alarma, la pareja salió hacia el hospital, donde el bebé estuvo cuatro días internado. A Bryce le diagnosticaron taquicardia supraventricular (SVT), una anormalidad que acelera en el ritmo cardíaco debido a la actividad eléctrica en la parte superior del corazón.

El bebé nació muy saludable, pero sus padres tomaron medidas extras para asegurarse que estuviera bien.

La pareja aún no sabe cuánto tiempo tendrá que tomar medicación, pero de lo que sí están seguros es que nunca dejará de usar sus calcetines super especiales.

“Le salvaron la vida” asegura Ryan, “No me canso de decirlo. Son un milagro”.

“¿Le puedes poner precio a la vida de un bebé? Y, en nuestro caso, no sólo nos dio extra seguridad, también salvó a Bryce” dice el padre.

Estos son los calcetines de 250 euros.

Los calcetines, fabricados por la empresa Owlet, miden los cambios en los niveles de oxígeno y el pulso.

Semanas antes de comprar este monitor de última generación, la pareja se había despertado sobresaltada con los gritos de Bryce, junto con la estridente alarma del aparato.

“Al principio pensamos que no era nada” admite Ryan “habíamos chequeado los niveles de Bryce antes de dormir y estaban muy bien”.

“Entonces, primero asumimos que el monitor estaba roto, porque en el pasado habíamos tenido algunos problemas. Pero, cuando lo miramos, el registro del corazón de Bryce estaba en 260 latidos por minuto”.

Ryan disfrutando de su hermoso bebé.

Las pulsaciones de un bebé normalmente están entre los 100 y 150 latidos por segundo, lo que significaba que el corazón de Bryce estaba latiendo en exceso y era peligroso que siguiera a ese ritmo.

“Nos paralizamos” admite Ryan. “Llamamos al doctor, que inmediatamente nos dijo que lleváramos a nuestro hijo al hospital”.

En el hospital de niños de St. Christopher, el pequeño Bryce, que tenía sólo algunas semanas, recibió un tratamiento de shock para detener los latidos; metieron su cara en hielo.

Gracias a la rápida atención, Bryce se estabilizó.

Pero los doctores inmediatamente estudiaron las razones de por qué se habían disparado los latidos, y llegaron a la conclusión que la causa era más común de arritmia en las personas: SVT.

En la mayoría de los casos, el problema es temporario y dura algunos segundos o minutos, e incluso horas. Pero con medicación se puede evitar la cirugía, de lo contrario deben operar ya que interfiere en el funcionamiento del corazón.

Bryce estuvo cuatro días en el hospital desde su ingreso. Los doctores analizaron y monitorearon su corazón y ahora sólo debe concurrir cada 8 días para recibir un tratamiento especial.

Y sus padres nunca podrán dejar de sentirse felices por haber tenido “extra” cuidado con él.

Ryan y Kate, los padres de Bryce.

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