La respuesta de un presidente ignorando el coronavirus con actos masivos que indignan al mundo

La surrealista escena de personas disfrutando del ambiente nocturno, la ausencia de desinfectantes, guantes y mascarillas en el personal, el nulo «distanciamiento social», y por supuesto la normalidad en todos los eventos masivos de este país, contrastaban con todas las medidas que los países vecinos empezaron a adoptar prudentemente ante la crisis del coronavirus.

Parecía que a pesar de que el tema del Covid-19 y las alarmantes cifras era un tema servido en las redes y en los medios mundiales, Nicaragua haría caso omiso yéndose en contra de las advertencias de la OMS.

«Si me llega, pues que me llegue, ¿qué le vamos hacer? Si corro me agarra, y si no corro me agarra igual», declaró una vecina.

El Gobierno de Nicaragua está al frente del líder del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional, Daniel Ortega, desde el año 2007

El mandatario se negó a tomar todas las medidas preventivas sugeridas por las autoridades debido a que en principio no había casos de contagios. Caso muy diferente al de El Salvador, que extremó las medidas con el objetivo de tener 0 contagiados, u Honduras que permanece en cuarentena obligatoria.

El 15 de marzo, además, Ortega convocó una marcha multitudinaria con el objetivo de supuestamente concienciar sobre la crisis sanitaria, que la llamó:

«Amor en tiempos del Covid-19»

Pero lejos de eso, más bien fue una burla a la OMS, poniendo en grave peligro a las miles de personas que marcharon apoyando los ideales del mandatario.

Así convocaba Tania Sandinista, una ferviente política del partido, con más de 30.000 seguidores en Twitter:

Las imágenes del evento circularon masivamente por las redes sociales, que fue cubierto por los medios locales, indignando a muchos.

Mujeres, hombres, ancianos y niños, participaron en la manifestación sandinista más grande de los últimos años.

La multitud olvidó el riesgo del Covid-19 entre gritos, abrazos, sudores, bailes, y bebidas, que compraban a vendedores ambulantes, quienes contaban dinero y repartían hielo con sus manos.

“Viva el comandante Daniel, viva la compañera Rosario, viva el Frente Sandinista”, repetían los asistentes.

Lo peor de todo es que no contó con la presencia ni del presidente, ni de su esposa, la primera dama y vicepresidenta de la nación, Rosario Murillo, salvándose eso sí ellos del contagio y exponiendo a toda la población.

Pronto la insensatez dio sus frutos, y Murillo confirmó lo que desde el exterior todos temían: dos casos confirmados de Covid-19, pero para lavarse las manos, aseguró:

 «El primero fue importado por un hombre que viajó al extranjero».

Pero el Gobierno se mantenía firme en su desesperante postura de no hacer nada. Así que los ciudadanos más conscientes, por libre decisión, cerraron restaurantes, algunas universidades y escuelas privadas clausuraron las clases, la gente ya usaba guantes y mascarillas…

Fernando Chamorro, reconocido periodista, cree saber los móviles del Gobierno. La economía de Nicaragua ha estado en recesión desde abril de 2018 cuando Ortega respondió a las protestas con una represión brutal, dejando a más de 300 muertos. Ahora tiene pánico que la economía se desestabilice de nuevo y por ende, los ingresos fiscales, y su régimen sea cuestionado.

En los días anteriores, se pudo ver a turistas «brindando por el coronavirus». Pero todo cambió de repente.

Y a pesar de todo, el Gobierno sigue alentando abiertamente las reuniones masivas, tiene más de 80 actos perfectamente organizados con ocasión de la Semana Santa -aunque incluso la Iglesia Católica canceló los suyos-, y las instituciones educativas públicas han recibido la orden de permanecer abiertas.

«Está despreciando la vida humana», sentencia Chamorro.

Nicaragua tiene una capacidad de 12 camas hospitalarias, 10 médicos, 8 enfermeras y 9 auxiliares por cada 10.000 habitantes

Para rematar la imprudencia, en un acto conmemorativo recibió a 800 turistas que llegaron en un crucero, recibidos por niños.

Las imágenes indignaron a muchos.

Y Murillo celebró casi 3.000 actividades, entre religiosas, deportivas, recreativas, culturales, gastronómicas y turísticas, el pasado fin de semana.

Parece inaudito que la salud y la vida de millones de personas esté en manos de semejantes líderes políticos que sólo velan por sus miras egoístas y partidistas. ¡Levantemos la voz! ¿No son suficientes los casi 400.000 infectados y 16.000 fallecidos? ¡Comparte esta noticia!

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