Un taxista anónimo del Aeropuerto de Sídney, Australia, fingió un ataque al corazón para evitar llevar a una pasajera que deseaba hacer un viaje corto. El taxista consideró que la paga no compensaba la larga espera y se escudó con la mujer en que no se sentía nada bien para poder realizar el viaje.
Ella no le creyó y grabó con su teléfono toda la actuación, que fue catalogada como digna de un Oscar.
Muchos son los empleados que no dudan en elaborar alguna mentira, para escapar de alguna situación laboral. Desde mentiritas piadosas, como malestar estomacal, gastroenterocolitis, presión alta o roturas de puertas, hasta algunas mentiras peores.
El tiempo seguía pasando y cuando una potencial pasajera comunicó al hombre del volante que tomaría un viaje corto, éste se enojó y comenzó una actuación que quedaría grabada en el teléfono de la mujer quien no creía lo que veía.
“Ahora mismo no puedo conducir. No me encuentro bien”, dijo el hombre al ver que lo estaban grabando.
El gerente del servicio de taxis ya se había percatado del gran talento del conductor en la actuación
“El conductor en cuestión debería convertirse en actor, porque como conductor de taxi no tendrá más papeles protagónicos”, dijo el gerente.
Comparte esta increíble historia con todos tus amigos. Recuerda que las mentiras siempre conducen a un laberinto sin salida, y la verdad siempre sale a la luz.