Jueza obliga a un hombre a pagar 200.000 euros a su exmujer por el trabajo doméstico de 25 años

Muchas veces un hombre al ser preguntado por el trabajo de su mujer, fácilmente puede responder: «No, ella no trabaja, es ama de casa«. Una afirmación totalmente injusta como falsa. Y, para muestra, un juzgado acaba de sentar el precedente más contundente que se haya escuchado en los últimos tiempos.

Se trata del juzgado de primera instancia, en Vélez, Málaga (España), que ha dictaminado que un hombre deberá pagar a su exesposa 204.000 euros en compensación por el trabajo doméstico no retribuido que realizó durante los 25 años que estuvieron casados.

Jueza obliga a un hombre a pagar a su exmujer más de 200.000 euros por quedarse en casa para que él progresara

hombre

La sentencia, dictada por la jueza Laura Ruiz Alaminos, además incluye una pensión compensatoria de 500 euros mensuales durante los próximos 2 años para la mujer de 48 años. Así como una pensión alimenticia de 400 y 600 euros para sus hijas, de 14 y 20 años.

La jueza también obliga a la expareja a ir a medias todos los gastos extraordinarios que generen sus hijas. Desde el dentista, la óptica, o las clases de apoyo escolar, entre otros casos.

El matrimonio se celebró en 1995, cuando ambos eran unos veinteañeros. Él desarrolló desde entonces una sólida carrera profesional que incluyó la apertura de varios gimnasios en Jaén y Málaga, así como empresas de instalación de parqué, venta de maquinaria de culturismo, entre otras actividades.

Gracias a eso el hombre pudo adquirir además una finca que le genera unos ingresos mensuales de entre 3.000 y 4.000 euros. Mientras que durante más de dos décadas la mujer se quedó en casa para cuidar de sus hijas, quienes nacieron entre 2003 y 2009.

Sobre la situación de su defendida, alegó la abogada Marta Fuentes:

“Ella estuvo todo ese tiempo sacando a su familia adelante. Para que él pudiera tener un proyecto empresarial, ella se quedó con las niñas y jamás contrataron a nadie para que la ayudara. Ha sido su labor en exclusiva. Ella era su sombra, trabajando detrás para que él creciera en lo profesional y se convirtiese en algo”.

La letrada destacó que la mujer siempre se cambió de residencia a todos los lugares tras su marido solo para que él progresara. Además, enfatizó que el padre no quiso que su hija hiciese estudios superiores y por eso cuando la niña tenía 16 años estuvo trabajando para pagarse su matrícula.

Fuentes destaca que el patrimonio del exmarido incluye coches de lujo, inmuebles, seguros de vida, y hasta tractores.

Fue en 2020 cuando la mujer pidió el divorcio, pero debido al régimen de separación de bienes, él se quedó con todo su patrimonio, y ella solo con la mitad de una vivienda cuya propiedad compartían.

En vista de su desesperación de verse sola y sin un futuro por delante, como puede ser el caso de muchas mujeres cuya vida se ancla enteramente en su pareja, el hogar y los hijos, decidió poner la demanda a su ex.

Ella quería que se reconociera el trabajo que había realizado en casa durante 25 años de matrimonio, y su tesón y empeño produjeron resultados.

La suma que reconoce la jueza de 204.624,86 euros y que su exmarido le debe abonar, corresponde a su justa remuneración por un trabajo que lamentablemente es infravalorado en la sociedad, mucho menos reconocido económicamente.

Sin embargo, el artículo 1.438 del Código Civil, establece claramente que «los cónyuges contribuirán al sostenimiento de las cargas del matrimonio, y el trabajo para la casa será computado como contribución a las cargas y dará derecho a obtener una compensación que el juez señalará a falta de acuerdo, a la extinción del régimen de separación».

«Ella, como otras muchas mujeres, han pasado toda su vida laboral dedicada a sus hijas mientras sus maridos tenían tiempo para desarrollar su carrera profesional. Y es importante que eso se les reconozca, que el tiempo que ellas han dedicado a su familia y no a su vida profesional tenga un valor”, concluye la abogada.

Ojalá esto sirva de ejemplo para otros sistemas jurídicos y para que de una vez por todas se reconozca el trabajo silencioso, escondido y sacrificado de las amas de casa. ¿Qué te parece el fallo de esta jueza?

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