José Alejandro Barrondo está haciendo historia al dejar en alto el nombre de su país Guatemala en los Juegos Panamericanos 2019, celebrados en Perú. Aunque ahora el éxito le ha acompaña, esto no fue siempre así. José Alejandro ha tenido una vida dura desde muy pequeño.
A los cinco años José ya sabía lo que era trabajar, el pequeño acompañaba a su padre a recoger leña a las montañas de Raxquij, en San Cristóbal Verapaz, Guatemala.
Con sus cortas piernas recorría dos horas de caminata por terreno montañoso hasta llegar al punto de recolección. Posteriormente, descendía con una cesta cargada de leña sobre sus hombros.
Las cosas empeoraron cuando su padre los abandonó. María, su madre, quedó sola y casi en la indigencia con 7 hijos menores.
José sabía que debía hacer algo para alimentarse y ayudar a su madre, así que comenzó a trabajar como limpiabotas y a vender periódicos en la calle.
Fueron años muy duros para este pequeño, que además debía recorrer largas caminatas para llegar a la escuela. A pesar de las dificultades, José luchó por seguir estudiando.
En el 2012, su primo Érick Barrondo se convirtió en el primer guatemalteco en ganar una medalla olímpica.
Esto inspiró a José, quien se acercó al entrenador Jorge Coy y le pidió una oportunidad para entrenar en el Centro de Alto Rendimiento de Cobán. José no tenía ninguna experiencia en el deporte, más que las largas caminatas y la resistencia que había demostrado en su vida.
“La perseverancia nos lleva a alcanzar las metas que nos trazamos. Me han descalificado varias veces, hubo momentos en que me quise rendir por falta de apoyo pero estamos en el podio panamericano», expresó José Barrondo.
Después de años de esfuerzo, este joven está disfrutando los frutos de su perseverancia. José Barrondo alcanzó el tercer lugar en los 20 kilómetros de marcha y se llevó una medalla de bronce para su país.
Con gran sencillez, este marchista fue recibido en su comunidad era honrado en San Cristóbal Verapaz y frente a todos decidió dedicar su medalla a su abnegada madre.
El momento fue realmente emotivo para todos.
“Cuando tenía 8 años, mi mamá con Q35 me compró una caja para lustrar zapatos, porque mi papá nos abandonó y no teníamos para comer”, dijo Barrondo
José está agradecido con esa mujer que entregó todo para sacarlos adelante y que con sacrificios y mucho amor se encargó de darles el mejor ejemplo. Conmovidos con la escena, el gobierno de la comunidad decidió cambiar el nombre del barrio Santa Ana a José Barrondo.
Para todos, este joven es un hermoso ejemplo de superación.
Actualmente, José logró obtener la marca de acceso para representar a su país en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Este joven atleta planea seguir los pasos de su primo y todos confiamos en que su perseverancia y esfuerzo lo llevarán lejos y hará posible sus sueño de convertirse en un campeón olímpico.
Comparte esta inspiradora historia, allá afuera hay muchas personas que atraviesan por una vida tan dura como la de este atleta pero su ejemplo puede motivarlos a seguir adelante.