Ha vivido más de 40 años en la selva aislado de la sociedad– «No sabía que existían las mujeres»

Ho Van Lang es un hombre que pasó poco más de cuatro décadas internado en la selva en Vietnam luego que su padre intentara ponerlo a la salvo cuando su comunidad fue atacada por un batallón de soldados americanos en 1972.

En medio de la masacre Ho Van Thanh, el padre de Ho Van Lang, escapó al interior del bosque, para entonces, Lang solo tenía dos años de edad, creció en estrecho contacto con la tierra y aprendió a sobrevivir con las herramientas que le daba la madre naturaleza.

Hombre vivió 40 años en la selva.

selva

Padre e hijo sobrevivieron cazando diferentes animales salvajes, comiendo plantas y frutos de la selva, se abrigaban con la corteza de los árboles y construyeron una pequeña choza en lo alto de los árboles para poder protegerse.

También fabricaron distintos objetos, como cuchillos, hachas, morteros, cestas de bambú y colocaron varias trampas cerca de su vivienda o casa del árbol.

Junto a su padre construyó una pequeña casa de árbol.

La vida de estos hombres cambió después de que el hijo menor de Thanh descubriera que su padre e hijo estaban vivos. El joven decidió adentrarse a la selva pero una vez que los ubicó, el padre se negó a regresar a la antigua vida.

A pesar de la negatividad, el hijo menor volvió un par de veces a la selva y les llevaba algunos artículos como arroz, pescado, aceite, le costaba entender que su padre y hermano tenían su propio mecanismo de defensa.

Es considerado el Tarzán de la vida real.

Finalmente, en el año 2013 el hijo menor decidió que intervinieran las autoridades, Thanh ya estaba muy mayor y no le parecía que continuara con ese estilo de vida.

A los 81 años Thanh regresó a la civilización pero su estado de salud era muy delicado. Por su parte, Lang, solo tenía una fiebre viral.

No pasó mucho tiempo para que la historia del “hombre de la selva” se diera a conocer y lo consideran el Tarzán real de nuestro tiempo.

Un grupo de excursionistas se adentró a la selva para “rescatar” a Lang y su padre.

En el 2015 un especialista contactó a Lang y contó su propia experiencia sobre el hombre que creció en la selva. Al respecto dijo:

“A pesar de poder distinguir entre hombres y mujeres, todavía no conoce al diferencia social entre ello.

Puedo confirmar que Lang nunca ha tenido el mínimo deseo de tener intimidad con alguien y su instinto reproductivo nunca ha asomado en ninguna de sus múltiples facetas”.

Lamentablemente el padre falleció en el 2017 sin tener mayor interés en interactuar con el nuevo mundo que lo rodeaba.

Por su parte, la adaptación de Lang fue bastante crítica al principio, su único concepto del tiempo era el sol y la luna, le costaba entender los misterios de la electricidad y le costó comprender muchos de los conceptos básicos de la sociedad. El hermano menor comentó:

“Ha pasado toda su vida en la jungla. Entonces su cerebro es como un bebé”.

Después de varios años, finalmente el hombre que pasó gran parte de su vida en la selva, logró familiarizarse con todo lo nuevo que le rodeaba. Incluso, salía a trabajar todos los días vendiendo racimos de bananas que él mismo cultivaba.

Lang también trabajó en los cultivos de arroz y pesca.

Lamentablemente, en noviembre del año pasado Lang sintió un fuerte dolor en el pecho y abdomen y fue diagnosticado con cáncer de hígado invasivo, los médicos aseguraron que había llegado a una etapa incurable y no había nada por hacer.

Álvaro Cerezo, quien documentó parte de la vida de Lang comentó que adentrarse a la vida moderna tuvo consecuencias. Al respecto dijo:

“Siempre me preocupó  que él y su cuerpo no pudieran manejar un cambio tan drástico”.

Cerezo (izquierda) documentó la vida de Lang (derecha) en un libro en el 2017.

Lamentablemente, Lang falleció el pasado 06 de septiembre perdiendo la batalla no solo contra el cáncer sino con los estragos de la vida civilizada. Álvaro Cerezo finalmente comentó:

“Había pasado toda su vida viviendo en la jungla y luego llegó a vivir en el mundo civilizado donde comenzó a comer alimentos procesados y, a veces, incluso a beber alcohol.

Estoy muy triste de verlo irse, pero para mí su fallecimiento también es una liberación porque sé que estuvo sufriendo los últimos meses”.

Lamentablemente, Lang fue como un niño que se perdió entre los estragos de este mundo tan agitado y moderno. Vuela alto, Lang. Deseamos en el cielo seas tan libre como lo fuiste en la selva.

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