La inspiradora historia del hombre que su madre abandonó por no tener extremidades

Hace varios años nació en Brasil un bebé que parecía que no tenía muchas oportunidades de alcanzar el éxito en la vida. Nació con síndrome de Hanhart, una condición que provoca malformaciones en piernas y brazos, y cuando su madre vio que no tenía ninguna extremidad decidió que no podía hacerse cargo de él.

Se estima que una persona por cada millón padece el síndrome de Hanhart.

Sin embargo, en Utah, una amorosa mujer llamada Janelle Adams se enteró de la triste historia de este bebé y sin pensarlo dos veces hizo los preparativos para viajar hasta Brasil y adoptar al pequeño. Janelle ya tenía hijos y no se sentía completamente preparada para ayudar a un bebé con Síndrome de Hanhart, pero sintió que era su destino lograr darle una nueva a ese bebé.

La familia que acogió al bebé ya tenía 13 hijos biológicos.

La familia Adams logró adaptarlo y lo llamaron Gabe. En cuestión de semanas toda la familia le dio la bienvenida a Gabe e hicieron todo lo posible para que siempre se sintiera como uno más de la casa.

Janelle estaba muy preocupada sobre cómo ayudar a Gabe, pero su principal objetivo era ayudarlo a ser lo más independiente posible a pesar de su condición.

“No paraba de preguntarme: ‘¿Cómo lo alimento? ¿Cómo lo visto? ¿Cómo le enseño a desplazarse’”.

Con el tiempo, lograron encontrar la respuesta a todas esas preguntas y además lograron llegar mucho más allá. Gabe no paraba de aprender más y más cosas y se volvió un chico verdaderamente talentoso que no dudaba en explorar diversos pasatiempos.

“Mi familia me ayudó a verme a mí mismo como un chico normal que podría alcanzar la independencia. Sólo necesitaba una técnica diferente para poder lograr las cosas”.

Gabe tardó un año en aprender a desplazarse y después de mucho intentarlo decidió que se encontraba más cómodo caminando a su manera que utilizando una silla de ruedas. Más adelante aprendió a usar lápiz y cubiertos con ayuda de su cuello, quijada y hombros.

“Siempre quise ser mucho más que el chico en una silla de ruedas”.

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Y en efecto, lo logró. Gabe descubrió su verdadera pasión y se unió al equipo de baile de su escuela. Su entrenador, Kim King, siempre le enseñó al resto del equipo que Gabe era una persona como cualquier otra y que tenía mucho que aportar para los bailes.

Me siento libre cada vez que bailo. Nada me hace sentir tan bien”.

Gabe se ha convertido en una verdadera inspiración. Gracias a su determinación y al incansable apoyo de su familia ha logrado enseñarle al mundo que no hay ningún sueño que sea imposible de lograr.

Te invitamos a compartir lo lejos que este chico ha llegado para que su trayectoria siga inspirando a personas en todo el mundo.

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