Es muy importante reconocer que quienes nacen con una condición especial, como las personas con Síndrome de Down no tienen limitación alguna para lograr sus sueños y ser exitosos.
Incluso, son un ejemplo para todos de voluntad y perseverancia, como Madeline Stuart, una modelo profesional que ha llegado muy lejos.
Y también, a Isabella Springmühl una joven que rechazaron en la universidad pero nada fue un obstáculo para que lograra ser una grandiosa diseñadora de modas. Isabella y Madeline han estado en la Semana de la Moda, uno de los eventos más importantes del mundo de esa industria.
En esta oportunidad conoceremos a seis jóvenes, con Síndrome de Down que emprendieron un negocio de pizzas y tan solo dos meses después era muy exitoso.
Ellos han salido adelante y preparan pizzas y empanadas para eventos, cuando los llaman para solicitar sus servicios ellos se dirigen al lugar, cocinan y dejan todo en orden. Antes de tener su emprendimiento los subestimaron, nadie les ofrecía empleo.
Todos tenían muchas ganas de trabajar, pero ante la necesidad de encontrar un lugar en el que los aceptaran y les ofrecieran las mejores condiciones decidieron emprender su propio negocio. La idea surgió después que nadie estuviera dispuesto a ofrecerles una oportunidad de trabajo.
Después de dos meses ellos habían sido contratados para trabajar en 24 eventos. Para desarrollar su proyecto contaron con el apoyo de Telam López, uno de los profesores voluntarios de “Sumando” un taller que trabaja con personas con Síndrome de Down y al que asiste todo el equipo.
“Los Perejiles” es el nombre de su negocio, una iniciativa que surgió después de plantearle a las madres de los chicos que a pesar de que ellos asistían a un colegio especial en el que los formaban para hacer oficios con oportunidades laborales no habían tenido la receptividad que esperaban.
Así que el profesor Telam López, y Kevin Degirmenc, asumieron el compromiso de ayudar a estos jóvenes con la gestión de “Los Perejiles”, donde tendrán una ocupación laboral real y estable.
Ellos comentan que una de las grandes virtudes de la empresa es su organización, a cada evento llevan su propio horno y utensilios, se delegan las tareas entre todo el equipo.
Algunos trabajan como cocineros o de mozos, pero cada uno asume su rol y saben trabajar en equipo con cooperación y armonía.
En los eventos a los que asisten no hacen ningún tipo de alusión al proyecto, la idea es que sea completamente normal su participación.
Actualmente, Los Perejiles están ubicados en el barrio San Isidro, operan en la zona norte de Buenos Aires, Argentina pero pretenden expandir su negocio a otras localidades de su país.
Y si todo marcha bien, hasta podrían ser una cadena internacional.
¿Qué te parece? Es genial conocer inspiradoras historias como esta. No hay ningún obstáculo cuando se trata de trabajar por lograr los sueños. Ellos nos dejan una gran lección, compártela.