Estudios demuestran que los maridos estresan más a sus esposas que los propios hijos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el estrés como el conjunto de las reacciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción. Se le suele asociar un sentimiento de no saber o bien la sensación de descontrol de alguna situación.

Es una de las manifestaciones más características de la vida moderna, y es una de las causas principales de agotamiento del organismo que lleva a graves consecuencias para la salud e incluso a la muerte.

No todas las formas de estrés son malas o dañinas para las personas ya que pueden ser un estímulo para superarnos personal y profesionalmente; esto se llama “eustress” en inglés. Por el contrario, cuando los factores estresantes son muy grandes o se prolongan demasiado en el tiempo pueden llegar a causar el comúnmente conocido como estrés malo o “distress”.

 La mujeres toman el rol de madre, ama de casa, profesional y educadora

Una encuesta, elaborada por la Universidad de Padua en Italia, reveló que las mujeres se sienten más estresadas por el comportamiento de sus parejas que por el de sus propios hijos.

Tres de cada cuatro mujeres afirmaron que recaen sobre ellas todas las obligaciones y deberes del hogar, además de la crianza de los pequeños. Por lo que el cansancio o estrés que les pueda provocar dichas labores, o bien por que el tiempo no les alcanza para todo, no es por culpa de los niños sino por la falta de cooperación de sus parejas

Padres e hijos disfrutan juntos de ser niños

El estudio indicó además que ellas mayoritariamente sienten que son madres de sus parejas, debido a que se comportan de cierta manera igual que sus hijos, o hasta peor.

Y la encuesta realizada por la revista estadounidense Today`s Moms, que abarcó a 7.000 madres, demuestra que un gran porcentaje de ellas percibe más estrés generado por sus maridos que por sus hijos.

Un 75% de estas mujeres, dicen ser ellas las que cumplen que la mayoría de las tareas del hogar y todo lo que respecta a la crianza de sus hijos. Al mismo tiempo un 20% dice que no recibe ayuda de su cónyuge en estas tareas.

Lógicamente que los hombres al escuchar estas afirmaciones explican que ellos trabajan a tiempo completo para generar los ingresos de la familia y que por esta razón es tan difícil poder colaborar explícitamente en las tareas del hogar y el cuidado de los niños.

El problema no está, creemos, en quién se estresa más o trabaja más, sino que el punto aquí es el estrés mismo que genera al matrimonio y toda la estructura que se forma en torno a éste.

“El matrimonio es una relación más difícil que la crianza de los hijos” dice Hal Runkel, terapeuta de Atlanta que ha dedicado su trabajo a esta temática, esposo y padre de dos adolescentes.

El estudio se centra en los motivos de por qué las mujeres perciben mayor estrés de parte de sus parejas, y todo radica en que sus esposos, muchas veces tienen comportamientos y actitudes como las de sus hijos.

“Un niño de 7 años va a ser un niño de 7 años. Pero una persona de 35 años que actúa como un niño de 7 años es más estresante, porque deberían ser maduros «, dijo una de las madres encuestadas.

Un último aspecto del estudio que sí me gustaría resaltar, es que parece que esta calle no es de doble sentido. Es decir, los hombres, en su enorme mayoría, no sienten que el estrés sea producido ni por asomo por parte de sus esposas, sino que sus hijos encabezan ese ranking con mucha ventaja frente a otros factores.

Sin duda esta noticia es digna de compartir con nuestras parejas. Y lo que puede comenzar como una charla jocosa, puede derivar en una reflexión profunda de qué nos hace bien y qué expectativas tenemos de las personas con las que compartimos la vida.

Creemos que una relación debe estar basada en el amor, la de pareja y la de familia en sentido amplio, debería plantearse como faro la colaboración y el apoyo. Única receta posible para la felicidad.

Comparte esta noticia con familiares, amigos, pero más que nada con tu pareja… y cuéntanos a qué conclusiones llegaron.

Te recomendamos