Tras sufrir un aparatoso accidente, un niño de 10 años sonríe al recibir sus nuevas manos

Julián Reynoso, es un niño de 10 años que, tras un accidente automovilístico, sufrió graves lesiones y quemaduras en gran parte de su cuerpo. Sus manos fueron terriblemente dañadas, razón por la cual un grupo de estudiantes de ingeniería de Cal Poly San Luis Obispo han decido hacer todo lo posible por ayudarlo.

Julián es un niño de Los Ángeles, Estados Unidos, quien meses atrás sufrió un aparatoso accidente de tránsito junto a su familia, el cual terminó con la vida de dos de sus hermanos y de su padre.


Julián y su madre fueron gravemente afectados, aunque milagrosamente salvaron su vida. Pero el costo para ambos, además de las irreparables pérdidas, fue muy alto.

Su mamá, Elizabeth Flores, sufrió neumotórax, desgarro intestinal y múltiples hematomas. Al mismo tiempo, Julián sufrió la pérdida de nueve de sus dedos de las manos, y quemaduras muy graves en cuello y cabeza, lo que le ha generado evidentes cicatrices y la pérdida de cabello en su totalidad.

Sobreponerse a este evento traumático, no ha sido nada fácil para Julián y su madre. El valiente niño pasó 4 meses en el hospital curando las importantes heridas y recuperando lentamente las funciones vitales que se vieron gravemente afectadas.

El recuerdo de sus familiares perdidos en el accidente, da fuerza a Julián y a su madre


Seguramente esta historia te esté emocionando y tal vez estés derramando alguna lágrima porque, si bien podemos considerar a Julián como un verdadero héroe, no dejamos de sentir ese sabor de injusticia que a veces la vida nos pone adelante.

Quizá será por eso por lo que tanta gente se sintió tocada por la historia de Julián y decidió tomar cartas en el asunto, para poder colaborar de alguna manera con su recuperación.


Un estudiante de Cal Poly, un centro de estudio de ingeniería de California acercó el caso de Julián al club de esa universidad de nombre QL+ (Quality of life Plus) que se dedica a realizar proyectos para mejorar la vida de las personas.

Kissinger, estudiante de ingeniería del último año, fue asignado como líder del equipo del “Proyecto Midas”, como fue bautizado el proyecto para desarrollar manos biónicas a la medida de Julián.


Después de varias pruebas y algunos sinsabores en el desarrollo del proyecto, los estudiantes de Cal Poly, Ryan Kissinger y Austin Conrad, lograron crear e implementar las tan ansiadas manos para Julián.

La efectividad de estas fue avalada en la segunda prueba que se hizo de su mano izquierda (la más dañada de las dos), cuando Julián levantó su dedo mayor mientras reía ante la cara de alegría de los estudiantes.

“Veo esto como un gran avance. No puede girar perillas o abrir una botella de agua, pero podrá andar en bicicleta o en motocicleta”, dijo Elizabeth, su madre emocionada.


El compromiso de los estudiantes con Julián llegó al extremo de que Kissinger, pospuso su graduación un trimestre más, para poder concluir el Proyecto Midas, en una clara muestra de que el valor de la solidaridad aún existe.

Julián tiene un gran futuro por delante y hay muchísimas personas dispuestos a ayudarle. Nuestros mejores deseos están con él.

Comparte esta inspiradora historia con todos tus amigos y recuerda que juntos podemos hacer un mundo mejor.

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