«No le enseño a mi hijo a compartir y te explico las razones»

Antes de empezar debo decir que esta nota ha cambiado por completo mi panorama y la forma en la que pensaba respecto al tema.

«En el Jardín de Niños de mi hijo hay una política respecto a compartir. Todos los padres se organizan y llegamos a acuerdos, así podemos manejar cualquier situación de esa misma manera. La política de compartir indica que un niño puede quedarse y jugar con un juguete tanto tiempo como guste. Si otro niño quiere usar ese juguete debe esperar a que el otro niño deje de usarlo. Incluso se guarda el juguete si el niño necesita ir al baño, o a por su almuerzo para que otros niños no lo tomen antes que el niño que originalmente lo tenía. Esta regla aplica para cualquier cosa en el patio de juegos, incluyendo los columpios y los pasamanos.»

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«Al principio no me paré a pensar el motivo de esta regla y sólo la seguí porque era un acuerdo y no me pareció un asunto tan importante. Todos los niños conocían la regla, así que las primeras semanas no hubo gran alboroto cuando les decían: «Puedes usarlo cuando Sally Jo haya terminado». Pero últimamente he notado otros comportamientos en el momento de compartir cuando vamos a otros lugares y comienzo a percatarme de la razón de esta política en la escuela.»

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Hay dos prácticas al compartir cuestionables que he notado durante este tiempo. La primera ocurrió con una buena amiga mía. Ella y su pequeño de casi dos años estaban en el parque y él había llevado un carrito para jugar. Otro niño, un poco más grande, quería jugar con el carro y exigía que el hijo de mi amiga le diera su carro. Una riña típica entre niños de esa edad, y la otra madre le dijo a su hijo: «Supongo que su madre no le enseñó a compartir«. Sin embargo, el carro era del hijo de mi amiga y cuando alguien te pide compartir algo, un «NO» es una respuesta perfectamente permitida.

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Mi segunda historia ocurrió una mañana en el centro de recreación local. Cada viernes por la mañana llenan el lugar de estructuras escalables, triciclos, autos de plástico para montar, pelotas gigantes e incluso un castillo inflable. Básicamente, el sueño de cualquier niño. Hay un auto rojo con el que a mi hijo le gusta jugar en particular, y la última vez que fuimos, lo condujo durante la hora y media que estuvimos ahí.

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Mientras otras madres siguen a sus pequeños por todos lados mientras juegan, mi hijo es lo suficientemente maduro para que yo me siente a un lado y sólo lo observe. Desde donde estaba pude ver a la madre de otro niño que quería jugar con el auto que mi hijo estaba usando, se acercaba a mi hijo y le decía: «Ok, es tiempo de que le des la oportunidad de usar el carrito a otro niño«, por supuesto que mi hijo la ignoró y ella finalmente se dio por vencida. Había muchos otros carros con los que su hijo podía jugar, incluso uno casi idéntico al que tenía mi hijo.

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Debo decir que estoy en desacuerdo con el enfoque de estas madres en cualquiera de las dos situaciones. Me parece que no es correcto enseñarle a un niño que puede tener cualquier cosa que alguien más tiene por el simple hecho de que la quiere. Y también puedo comprender el deseo de querer darle a tus hijos todo lo que quieren, todos lo sentimos. Pero es una gran lección para ambos entender que no siempre es posible y que no puedes pasar por encima de otros sólo para obtener dichas cosas.

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Además, las cosas no funcionan así en el mundo real. Cuando tu hijo sea adulto, creerá que le pertenece todo lo que ve. De hecho, ya ocurre con las generaciones jóvenes, he leído sorprendentes artículos de jóvenes de 20 y tantos que exigen ascensos o aumentos de sueldo por razones como «vengo todos los días».

Si dudas de mi razonamiento, piensa en el día a día de tu vida adulta. No te metes en la fila del supermercado sólo porque no quieres esperar. Y la mayoría de los adultos no le quitan a otros cosas como un teléfono o unas gafas de sol sólo porque querían usarlos. Es duro, al igual que muchas otras cosas respecto a la paternidad, pero debemos enseñarle a nuestros hijos como lidiar con la decepción, porque sucede. Y no siempre estaremos ahí para arreglarlo. Enseñemos a nuestros hijos cómo obtener lo que desean a través del trabajo duro, de la paciencia y de la diligencia.

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¿Cuál es tu opinión sobre el asunto de compartir entre niños pequeños? Probablemente tú tampoco tengas alguna regla al respecto, al igual que yo no la tenía antes de conocerla en la escuela de mi hijo. Ahora puedo notar una gran variedad de opiniones distintas cuando lo hablo con otros padres. Y eso me hace preguntarme si deberíamos hablar más sobre este tema.»

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Life Buzz

Es interesante pensar en este tema ya que normalmente no le damos tanta importancia y es muy relevante, sobre todo en la vida adulta. Debemos recordar que necesitamos enseñarle a nuestros hijos cómo funciona el mundo real, ya que algún día ellos también serán adultos 🙂

Esta nota me ha resultado muy útil y sé que a ti también. ¡No olvides compartirla! 😉

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