Emprende un negocio a los 22 años que lo sacará para siempre de la pobreza

La pandemia por el coronavirus ha afectado económicamente a una gran cantidad de trabajadores que perdieron sus empleos y les ha tocado reinventarse para poder mantenerse así mismo y a sus familiares. Es el caso de un estudiante peruano a quien se le ocurrió un extraordinario emprendimiento ecológico que se ganó la aceptación de inmediato.

Perdió su trabajo, pero no su espíritu emprendedor

Ronaldo Bravo es un estudiante peruano de 22 años de edad que cursa el séptimo ciclo de ingeniería ambiental. Compaginaba sus estudios universitarios con su trabajo en una panadería, pero quedó cesante como tantos trabajadores en todas partes del mundo.

Una vez que quedó sin su fuente de ingresos tuvo que pensar en qué actividad podría realizar para poder mantenerse y cubrir sus gastos y se le ocurrió una idea genial, cultivaría lechugas orgánicas en su propia casa para comercializarla entre pequeños establecimientos en Villa El Salvador, en la provincia de Lima.

“Recibo pedido de minimarkets y bodegas. Mis clientes saben que mis lechugas son frescas y están libres de todo tipo de contaminación”, aseguró Ronaldo.

Sus estudios de ingeniería ambiental le sirvieron de mucho para su proyecto e implementó un sistema hidropónico, que no es otra cosa que una técnica de cultivo que se realiza en espacios cerrados.

Y entre los beneficios que tiene se encuentran: el ahorro y la conservación del agua, la reducción en gran medida del uso de pesticidas y la utilización eficiente de los recursos.

“Es una técnica en la que no se utiliza tierra para cultivar, sino agua con una solución de sales minerales. El sistema consiste en desarrollar un módulo desarmable, que se divide en ocho tubos plásticos por donde circula el agua”, explicó de manera sencilla el trabajador.

Hasta ahora solo produce lechugas de la variedad Crespa y seda, y ha vendido ciento veinte unidades, pero piensa aumentar su producción y expandirse con el cultivo de otro tipo de legumbres como: acelgas, betarragas, cebollas y espinacas.

Los usuarios de las redes sociales han acogido la noticia con sumo agrado y muchos le han escrito felicitándolo por su importante negocio y haciéndole cantidad de preguntas y pedidos. Y él está encantado con lo que hace porque le gusta y aparte de eso está contribuyendo con la preservación del ambiente.

“El emprendimiento debe ser apoyado por todos y si es ecológico y auto sostenible es más admirable ojalá sea un buen ejemplo a seguir para otras personas”, expresó un usuario.

Ha establecido una estrategia de precios competitivos y justos, cada lechuga tiene un precio de 0.55 dólares y a la mayor cuesta 1 dólar. En su cuenta de Facebook publica todo lo relacionado con su emprendimiento ecológico, y también recibe pedidos a través de su número telefónico 954-248-024.

Siempre se puede sacar algo bueno de una mala situación

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