La niña abandonada por sus padres por tener parálisis cerebral deslumbra a todos con su talento

Si de algo podemos estar hoy seguros, es que, por más que lo intentemos, no es posible tener la certeza de lo que sucederá mañana. La vida da muchas vueltas y no sabemos cuando todo puede cambiar de la manera más drástica e inesperada, en ocasiones para mal, en otras para bien.

Para Tjili Grant Wetherill ese momento llegó cuando una pareja británica la rescató de una vida de pobreza y penuria después de haber sido abandonada en las puertas de un hospital en Camboya, a los pocos días de nacer. No obstante, la historia de esta huérfana solo mejora con el paso de los años. Hoy Tjili es una importante artista que tiene de cabeza la escena londinense.

Tjili, ahora de 15 años, padece una grave parálisis cerebral como producto de un traumatismo que debió haber sufrido cuando estaba recién nacida. Para esta adolescente, la vida comenzó siendo sumamente difícil y desoladora: pesando apenas 1 kg, fue abandonada en un centro de salud de Nom Pen, la capital de Camboya.

Luego de un mes en terapia intensiva, Tjili fue transferida a un orfanato ubicado en las proximidades del río Mekong, donde, finalmente, fue adoptada por James y Vik Grant Wetherill, cuando tenía tan solo 8 semanas de nacida.

Varios especialistas advirtieron que existía la posibilidad de que la niña no podría nunca sentarse, pararse o caminar sin ayuda. Sin embargo, su talento artístico siempre estuvo claro.

«De alguna manera, ella se las ingenia para agarrar el lápiz y sostener tiza pastel y pinceles en la palma de su mano», explica su padre adoptivo, un contador público de 48 años.

«El resultado son estas pinturas vibrantes, que se han hecho muy populares», comenta el Sr. Grant Wetherill.

Dos de las obras de Tjili fueron incluidas en la exposición colectiva Contemporary Watercolour Exhibition, en la galería londinense Bankside.

Cuando el jurado las aceptó, no tenía ni la menor idea de la condición de la adolescente.

Pero los talentos de Tjili no terminan en la pintura, esta impresionante chica también puede resolver un cubo de Rubik en 5 minutos.

Si bien Tjili fue una niña muy afortunada por encontrar una familia que la ama y la incentiva a continuar con sus hermosas creaciones, aún más afortunados somos nosotros, sus espectadores, que tenemos la dicha de apreciar estas pinturas maravillosas, al mismo tiempo que recordamos que el talento no tiene límites, mucho menos obstáculos físicos que puedan suprimirlo.

La historia de Tjili es apasionante ¡No dejes de compartirla!

Te recomendamos