El pediatra que hace llorar a sus pacientes cuando abandonan la UCI recibe una emotiva carta

Una estadía en el hospital no es algo que anime a nadie y menos si hablamos de una unidad de cuidados intensivos infantil. Los pequeños por lo general son más renuentes en aceptar sus condiciones cuando de estar de reposo o en un centro de salud se trata pero un doctor bastante especial está haciendo que esta realidad cambie por completo.

Dr. Thallys Ramalho es coordinador de la UCI pediátrica en el Hospital Santa Helena en Brasilia, Brasil, desde hace un año y en poco tiempo ha revolucionado el área.

Este profesional hace que la recuperación de los pequeños que llegan a la unidad sea realmente mágica y divertida, pues para él el ánimo y la esperanza son indispensables para alcanzar cualquier mejora en sus pacientes.

Para mantener el espíritu altivo de los pequeños en el lugar, Thallys promueve el uso de disfraces y escenificaciones para que los niños olviden por un momento el lugar en el que están y la difícil situación que podrían atravesar.

Sin importar la actividad del día la intención es siempre la misma, sacarles una sonrisa a estos pequeños guerreros.

El impacto causado el los pacientes ha sido tan positivo que muchos de ellos tienen maneras bastante tiernas de agradecerle al personal por sus cuidados y de forma especial al siempre alegre Dr. Thallys. 

Hace unas semanas Igor Saraiva, padrastro de una niña llamada Julia que con 9 añitos pasó 24 días ingresada en la UCI, obsequió al doctor un certificado en especial por todos los cuidados que tuvo con la pequeña.

El día en que Julia recibió su alta, ella y su familia sorprendieron al personal con siguiente título: «La UCI más extraordinaria del mundo».

La pequeña no sólo logro recuperarse de la enfermedad que la mantuvo ingresada durante casi un mes en la unidad, sino que salió mucho más alegre y con ganas de no querer abandonar el hospital.

“He visto niños que quieren regresar al circo. He visto niños que quieren pasar más tiempo de fiesta. He visto niños que no quieren dejar el palo de pogo. Pero juro que es la primera vez que veo a un niño que no quiere irse de la UCI del hospital, dijo Igor Saraiva.

Esta no es la única familia que ha encontrado un modo especial para retribuir al personal y al doctor todo lo que hacen por los niños.

Hace unos meses le dieron el alta médica a una paciente que fue uno de los casos más complicados que Thallys ha recibido en la UCI. Se trataba de la pequeña Gabriela Guardiano, quien pasó 70 días ingresada mientras libraba una dura batalla por su vida.

Durante ese período tuvo que someterse a una traqueotomía, estuvo constantemente sedada y pasó un período de sesiones de fisioterapia hasta lograr recuperarse. 

Los meses que Gaby estuvo en el lugar, el doctor se ocupó especialmente de ella y no sólo medicamente sino de la forma más humana y paternal. 

En esta UCI lo importante es siempre el bienestar de los pequeños, por eso para este coordinador no existen tiempos de visita y, como él mismo lo mencionó, “si un niño necesita a su mamá a las 3 de la mañana ella puede venir”.

Este médico considera que el mayor sufrimiento de los pequeños es estar solos durante ese tiempo, así que él no pretende agudizar su dolor. 

Después de perder a su abuela en la fría UCI de un hospital, Thallys decidió ser médico. Ella lo había criado durante su niñez y él no pudo estar a su lado en ese último instante, sino que falleció sola en una habitación. Esto fue algo clave para él y lo marcó para siempre.

“¡Es muy importante para nosotros tratar de aliviar el dolor de los demás! Una madre me dijo algo muy sorprendente: el amor también es medicina”, dijo Thallys.

Esta es la clase de profesionales que el mundo necesita, personas no sólo preparadas sino con un gran sentido de humanidad. Comparte esta historia y envíale un merecido reconocimiento a este ejemplar doctor.

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