La madre de Eddie lo abandonó en un basurero municipal y así cambió su destino

Hay decisiones y caminos que al principio parecen algo normal, cotidiano o hasta simplemente sin importancia.

Luego descubrimos que son precisamente los que le darán un nuevo rumbo a nuestra vida.

Cuando Rachel Van Eerden y su esposo Eddie se embarcaron en una misión para ayudar a personas viviendo con necesidades en Ecuador, no sabían que ese viaje cambiaría su vida para siempre.

Ellos llegaron a trabajar en una comunidad que vivía en el basurero de la ciudad de Quito.

 Síndrome de down bolsa de basura Eddie Ecuador Jim Rachel Van Eerden adopcion

Fue en ese mismo lugar, el basurero municipal, donde meses atrás una bolsa de basura que se movía había impactado a un carpintero local.

El hombre se acercó a la bolsa y allí encontró a Eddie, un niño con síndrome de Down que había sido botado en una bolsa negra, como si se tratara de basura.

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Su madre lo rechazó y lo botó como si fuera algo inútil, inservible o dañado.

Así lo encontró ese hombre trabajador, quien conmovido lo llevó al orfanato local, donde luego conocería a los Van Eerden.

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Rachel llevó a sus hijos mayores al orfanato como parte del trabajo misionero la última noche de su viaje, allí vió al bebé Eddie por primera vez.

Desde el momento en el que ella lo acunó en sus brazos y él la miró con sus grandes y hermosos ojos, ella supo que lo amaba. ♥

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Eddie, la forma cariñosa en la que llaman a Edison, tenía que ser parte de su familia.

“Él se sentía como nuestro hijo.”

Dice Rachel Van Eerden sobre el momento en que sostuvo por primera vez al pequeño Eddie.

Ellos no se detuvieron a pensar en sus problemas de salud, sus ojos bizcos o que el bebé tenía Síndrome de Down.
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No se detuvieron a pensar en todo el esfuerzo, trabajo y dinero que costaría adoptar a un niño con necesidades especiales de Ecuador.

No se detuvieron a pensar en que ya tenían 10 hijos biológicos y que tal vez no necesitaban más.

Ella y su esposo Jim sabían que Eddie estaba destinado a estar con ellos.

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“Para nosotros fue amor a primera vista” dice Rachel con lágrimas en los ojos.

La familia Van Eerden recuerda el esfuerzo necesario para poder finalmente adoptar a Eddie.

Se necesitaron 3 viajes a Ecuador y 5 años de esfuerzos, pero ellos nunca cedieron ante su determinación de hacer de Eddie un miembro de su familia.

Eddie cuando apenas era un bebé leyendo libros en el orfanato en Ecuador.
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Finalmente Eddie viajó con ellos a Stokesdale para unirse a su familia.

Rachel no es ajena a la luz que traen los niños con necesidades especiales al mundo, ella misma tiene un hermano con Síndrome de Down y se especializó en necesidades especiales en la universidad.

Eddie se adaptó con el ambiente en casa de forma casi instantánea y su madre observa admirada la determinación que le pone a las cosas.

“Él intenta todo al 150%. Es nuestro misionero que vino a enseñarnos a amar incondicionalmente. Él hace amigos y nos muestra de qué se trata la vida: acercarse a los demás y amar”.

A continuación los protagonistas de esta historia te relatan sus experiencias y la bendición que Eddie ha traído a sus vidas.

La historia de Eddie y los Van Eerden es tan conmovedora que les asignaron la distinción de “Ángeles de Adopción” del Congreso de los Estados Unidos.

Este es un programa que pretende demostrar el impacto positivo de la adopción en la vida de miles de niños que necesitan un hogar.

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Greensboro

Si te ha encantado su historia recuerda informarte de programas similares en tu localidad, hay muchos niños sufriendo la soledad que tan solo necesitan una visita, una muestra de afecto o alguien con quien compartir.

Esta inspiradora historia es un ejemplo de lo que unos llaman destino y otros casualidad, pero lo que es cierto es que el amor es real. ¡Compártelo con todos!

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