Como un ciudadano más, David Beckham decidió formarse en una fila kilométrica para darle un último adiós a la reina Isabel y rendirle un sentido homenaje frente a su féretro.
La humildad del excapitán de Inglaterra ha conmovido a los cibernautas, después de que su intento por pasar desapercibido en el funeral de la reina quedara completamente frustrado.
Beckham compartió con la monarca en diferentes ocasiones y le guardaba un gran respeto
Desde este miércoles se dio inicio al velorio de la reina Isabel y cientos de personas se han acercado al Westminster Hall para rendirle honores.
Diplomáticos, artistas y diferentes figuras influyentes se han dado cita en el lugar; pero también el pueblo inglés, es con este grupo que Beckham ha querido identificarse.
Escondido entre la multitud, con un traje de luto que ocultaba cada uno de sus tatuajes y una boina, la leyenda del fútbol intentó pasar desapercibido.
Después de algunas horas entre la multitud, las personas lograron identificarlo.
Como pólvora corrieron las imágenes de Beckham formado entre los ciudadanos, pues al ser reconocido fue inevitable que se formara un alboroto por su presencia.
Todos estaban sorprendidos por verlo como uno más entre el montón y aplaudieron su humildad.
Fueron más de 12 horas que el jugador debió soportar para lograr presentarse ante el ataúd de Isabel.
El ex mediocampista del Manchester United y del Real Madrid logró ocultarse en un principio por la colaboración de algunos, pero una vez descubierto declaró las razones que lo llevaron a formarse como un inglés más.
La guardia civil tuvo que intervenir y escoltar a David.
“Todos queremos estar aquí juntos. Todos queremos experimentar algo en que celebremos la increíble vida de nuestra reina y creo que algo como esto hoy está destinado a ser compartido juntos”, dijo a Beckham a BBC News.
Además, se supo que el exjugador rechazó la invitación de un diplomático que le propuso entrar directo al salón y saltarse la cola.
Esta persona tenía permiso para llevar a cuatro personas y pasarían sin ningún problema. Sin embargo, Beckham rechazó el amable ofrecimiento.
“Mi abuelo Joseph West, un realista acérrimo y mi «héroe de la vida real», se habría sentido decepcionado de mi”, dijo el jugador.
David creció en una familia del East End, en un núcleo familiar verdaderamente monárquico; tanto que aún se pone de pie firme cuando suena el himno nacional, y todo eso devino por la influencia de su abuelo.
Él solo quería ir a ver a la reina como cualquier otro miembro del público.
Una vez frente al féretro de la soberana, Beckham se detuvo firme y no pudo evitar conmoverse. Tanto que se le vio secar una pequeña lágrima del rabillo de su ojo. A su lado, la fila de personas corría rápido para despedir a la reina.
Aunque pudo aprovecharse de su fama y pasar entre los privilegiados, Beckham le dio al mundo un gran gesto de humildad. Es por eso que quienes compartieron la fila con él se sintieron admirados.
“Mucho respeto por él. Ha estado con nosotros y ha presentado sus respetos como quiere y creo que eso es increíble”, dijo una mujer formada al lado de Beckham.
Aunque fue una larga espera, el jugador bromeoó sobre la experiencia: “Mis rodillas y mi espalda están bien. Sobrevivo con una dieta muy poco futbolística, ‘Pringles, sorbete de limón, sándwiches, café y donas’”, dijo.
Para esta leyenda no había manera de que la jornada transcurriera de manera diferente, pues no estaba dispuesto a saltarse el protocolo de rigor para ver a su majestad.
“Lo devastados que nos sentimos todos hoy muestra lo que ella ha significado para las personas en este país y en todo el mundo. Cuánto nos inspiró con su liderazgo. Cómo nos consoló cuando los tiempos eran difíciles”, dijo el jugador.
Qué bárbaro el espíritu de Beckham, sin duda dio un gran ejemplo al ponerse al mismo nivel de cualquier ciudadano. Cuéntanos qué te parece su decisión ¿tú rechazarías el privilegio de saltarte la fila?