Conmueve al mundo al besar a su bebé por primera y última vez tras perder a su esposa

A veces la vida nos sorprende con momentos realmente duros, noticias que dejan nuestro corazón devastado. Tal como le pasó a Mao Mao, un hombre de la provincia de Zhejiang, en el este de China que perdió al amor de su vida y a su bebé recién nacido.

En lugar de celebrar la llegada de su hija junto a su esposa tuvo que hacer frente a una situación realmente dolorosa. Pero a pesar de todo no se dejó paralizar por el miedo, se mantuvo fuerte para honrar la memoria de las personas que más amaba.

El pasado 18 de abril nació la pequeña de Mao Mao, su esposa falleció en el parto por complicaciones médicas.

Lamentablemente los médicos no lograron salvar la vida de la pequeña, seis días después, el 24 de abril, falleció por la falta de oxígeno que sufrió.

Mao Mao acarició a su bebé, le dio un beso y se despidió. Él había firmado un acuerdo para donar los órganos de la menor al hospital, en el emotivo momento en el que le dijo adiós con un gesto de cariño los médicos cirujanos estaban a punto de llevarse el cuerpo de la pequeña al quirófano.

El devastado padre les pidió a los médicos que trajeran un juguete suave cosido por la madre de la bebé para que la acompañara en la cirugía.

El personal de la Cruz Roja le entregó una ofrenda floral para despedir a la niña.

La bebé se convirtió en la donante de órganos más joven de la provincia de Zheijiang. Su papá declaró a los medios de comunicación que la decisión de donar los órganos era la manera que encontró para que su hija siguiera viviendo y sintiendo al mundo de otra forma.

Comentó a su esposa le habría encantado ese acto solidario, también lo hizo para honrar su memoria.

“Era maestra de jardín de infantes y le gustaban mucho los niños”, dijo Mao durante una entrevista que ofreció a un medio de comunicación local.

Los médicos del Hospital de Niños Afiliado a la Escuela de Medicina de la Universidad de Zhejiang emplearon los riñones de la niña para salvar la vida de una paciente gravemente enferma. Además, usaron sus córneas para que dos pacientes ciegos pudieran recuperar la visión.

La niña falleció de asfixia, una complicación que se produce en uno o dos de cada mil partos en los países desarrollados por la falta de oxígeno que sufre el bebé en el alumbramiento.

Los que sobreviven suelen presentar complicaciones asociadas a las dificultades de aprendizaje o incluso parálisis cerebral.

La madre de la pequeña falleció por embolia con líquido amniótico. Era una condición extraña pero muy grave, se produce cuando el líquido que rodea al bebé en el útero durante la gestación se introduce al torrente sanguíneo y causa el colapso del corazón y los pulmones.

El solidario gesto de este padre al decidir ayudar a otras familias a recuperar la esperanza en medio de su profundo dolor se ha ganado la admiración de muchos. Comparte el noble acto de Mao Mao.

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