Le lanzan una hamburguesa en la cara y reacciona perdiendo 60 kilos

Kym Fisher es la madre de una pequeña niña llamada Bea. Como todos los niños de su edad, Bea siempre tiene demasiada energía y adora ir de aquí para allá para curiosear todo lo que se encuentra en su camino. Con 30 años Kym comenzó a subir cada vez más de peso. Alcanzó a pesar 133 kilos y esto afectaba notoriamente su labor como madre.

Siempre me dolía la espalda. Llegué a tener talla 38 K de sujetador. Cuando Bea comenzó a caminar no podía ir tras ella. Me quedaba sin aliento y tenía mucha dificultad para hacer algo tan sencillo como levantarme”.

Además de todo esto, Kym comenzó a sentir que todos la observaban y juzgaban pero nunca pensó que las cosas llegarían tan lejos como para que alguien la agrediera en la calle. Un día, Fisher se encontraba manejando con su hija sentada en el puesto de atrás.

La hija de Kym acaba de cumplir 4 años de edad.

Se disponía a tomar una rotonda pero el conductor de una furgoneta se acercó a ella a toda velocidad sin poner ninguna luz para indicar cuál era la vía que tomaría.

“No indicó que tomaría la rotonda así que yo pensé que seguiría derecho. Sin embargo, él aceleró y casi nos choca. Tuve miedo de que mi hija resultara herida”.

Cuando Kym se dio cuenta de lo terriblemente cerca que estaba de la furgoneta comenzó a tocar corneta. El hombre, en lugar de reconocer su error bajó la ventanilla y le lanzó un hamburguesa mientras decía unas palabras muy duras que afectaron la autoestima de Kym.

“Lanzó la hamburguesa y gritó: ‘Eres una m***** gorda’. Comenzó a acelerar y a pegarse aún más al costado del auto”.

Todo sucedió tan rápido que Kym no tuvo tiempo de procesar el terrible incidente. Decidió hacer lo posible por salir de allí para poner a su hija a salvo y una vez que se alejaron de él, fue a la policía para denunciar lo sucedido.

Las autoridades lograron dar con el conductor y fue castigado por sus inaceptables acciones.

A pesar de que todo había pasado, Kym sabía que no podía permitir que algo así sucediera. Abandonó por completo la comida chatarra y comenzó a ejercitarse diariamente para tratar de recuperar su peso ideal. Después de dos años de mucho trabajo lo logró. Ahora pesa 69 kilos y luce más feliz y saludable que nunca.

Unilad

Kym se encuentra en su mejor momento y disfruta de largas horas jugando con su hija en el parque. Además, su incansable trabajo es un verdadero ejemplo para la pequeña Bea sobre la importancia de cuidar la salud.

Comparte esta maravillosa transformación para apoyar a Kym en su nuevo estilo de vida.

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