El hombre más alto del mundo que pensó que nunca encontraría el amor se convierte en padre

Bao Xishun, de Mongolia, al norte de China, tiene 57 años, mide 2 metros y 36 centímetros y es el hombre más alto del mundo, pesa 165 kilos.

Recientemente se convirtió en padre logrando su sueño de formar una familia. En entrevistas anteriores él confesó que había tenido dificultades para encontrar el amor, frecuentemente era dejado de lado por su estatura, que se convirtió en una limitante para tener una relación.

Al conocerse la noticia de su paternidad, sus seguidores le han expresado su apoyo, Bao se dedicaba a ser pastor ovejero y solo era conocido en su comunidad hasta que los medios de comunicación se interesaron en él por su estatura en el año 2005.

Desde entonces ha protagonizado numerosas reseñas en medios de todo el mundo, dos años después, el Récord Guinness lo reconoció como el hombre más alto del mundo y ocupó ese lugar hasta el año 2009.

Antes de otorgarle el récord fue sometido a la evaluación de médicos especializados que comprobaron que la estatura de Bao era natural y que tenía buen estado de salud.

Otras personas no habían podido ser acreedoras del reconocimiento porque su tamaño era consecuencia de alguna enfermedad o procedimiento quirúrgico.

En 2007 contrajo matrimonio con Xia Shujuan, una mujer de 1 metro con 67 centímetros de estatura tras un mes de relación amorosa, tras tantas adversidades encontró la persona ideal para que fuera su compañera de vida.

Finalmente se han convertido en padres de un saludable y hermoso bebé llamado Tianyou que midió 56 centímetros.

Él asegura que quizás su hijo herede su condición y se convierta en otro acreedor del récord Guinness por ser el más alto del mundo.

A pesar de las dificultades de su condición, Bao ha logrado tener una vida lo más normal posible, encontrar a su alma gemela le ayudó a mantener la sonrisa y recordar que para el amor verdadero no existen diferencias.

Asegura que está complacido de asumir el rol de la paternidad y espera que su familia siga creciendo con el paso de los años.

Su testimonio ha servido de inspiración para quienes tienen una condición especial que les hace tener una apariencia distinta al resto de las personas.

Bao jamás pensó que su rostro se haría conocido en todo el mundo y que lejos de ser señalado recibiría muchas demostraciones de apoyo y solidaridad que le animan a seguir adelante.

La felicidad es cuestión de actitud, no te vayas sin compartir el caso de este gran hombre.

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