Vende todos sus muebles y electrodomésticos para sobrevivir y las redes se vuelcan para ayudarlo

La pandemia ha causado cambios importantes para todo el mundo, a algunas personas les han afectado las medidas establecidas para prevenir contagios y las nuevas modalidades de estudiar y trabajar a distancia.

Son muchos los cambios a los que nos enfrentamos, en el peor de los casos, hay familias enlutadas por haber perdido a seres queridos.

En otros, la crisis económica los ha dejado con la angustia y la incertidumbre de no saber cómo sobrevivir y seguir pagando sus gastos sin tener garantizado un ingreso.

Aunque todos vivamos la misma circunstancia, no enfrentamos la misma realidad ni las mismas dificultades. Por eso es tan importante no ser indiferentes ante las necesidades de los demás y tener más comprensión y empatía.

Para el señor Roberto Terradez, de 58 años, de Valencia, España, la pandemia ha empeorado la situación que sufre desde hace algunos años cuando dejó de conseguir empleo. Desde que se difundió su caso en las redes, ha causado conmoción.

En dos imágenes, él aparece en su domicilio vacío, se vio obligado a vender sus muebles y electrodomésticos para poder sobrevivir.

También vendió su ordenador, y su colección de vinilos de cine para poder pagar sus gastos después de gastar sus ahorros de 24.500 euros en casi diez años.

Roberto no ha podido conseguir ningún ingreso económico desde hace seis años.

Pensaba que por tener una vivienda propia no podía optar a las ayudas que ofrecen los servicios sociales de su comunidad. Pero finalmente, acudió para pedir apoyo.

Finalmente ha solicitado el Ingreso Mínimo Vital que otorgan en España a los más desfavorecidos como una medida especial implementada en la pandemia.

Roberto usa abrigo dentro de su casa para minimizar los gastos de la calefacción, sus vecinos le han ayudado. Algunos le dejan mascarillas en el buzón, otro le prestó un televisor y otro le ha pagado las copias de los documentos que necesitaba entregar para pedir ayuda.

Muchas personas se han conmovido al conocer el caso de Roberto y se han comunicado con el medio de comunicación que lo hizo público para ofrecerle ayuda.

Algunos le han ofrecido muebles, alimentos, ropa y dinero para que pueda mejorar su calidad de vida.

Mientras tanto, Roberto sigue buscando un empleo con la esperanza de recibir una oportunidad.

“Si es que yo lo que necesito es trabajar. No soy persona de pedir, aunque agradezco cualquier ayuda de todo corazón. Principalmente para pagar la deuda de la luz, que aun debo el recibo de 252 euros”, dijo Roberto.

“Sé que un empleo me garantizaría la estabilidad que necesito, pero llevo tanto tiempo buscando que ya he perdido la esperanza. La edad no me ayuda, 58 años, pero me han rechazado más por mi apariencia física. Soy grande, mido 1,85 metros y peso 110 kilos, me han dicho muchas veces que no doy el perfil físico para trabajar, aunque fuera dentro de una oficina de atención al público. Llevar zapatos rotos tampoco ayuda”, agregó.

Roberto ha trabajado como administrativo y como profesor de español para migrantes.

“Aprendo rápido, soy muy dispuesto y currante”, dijo en una entrevista.

En las redes, muchos han empatizado con él alegando que a cualquiera le puede pasar lo mismo.

Un despacho de abogados se ha solidarizado ofreciéndole apoyo para solicitar las ayudas a las que tiene derecho, como la de pagar una deuda de 5.000 euros que debe a la comunidad de su vivienda por una obra de los ascensores y otros gastos.

Asimismo, una profesora se ofreció a hacer una campaña de recaudación con sus alumnos que tienen entre 16 y 17 años para ayudar a Roberto de diversas formas.

Es importante crear consciencia sobre el valor de ser más solidarios y mirar con compasión a quienes tenemos alrededor. En la unión está la fuerza, un pequeño gesto puede hacer una gran diferencia en la vida de alguien, compártelo.

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