Cuando Bill y Linda Modry viajaban a Ohio desde el aeropuerto en St. Pete-Clearwater, en Florida, estaban completamente ilusionados con la sorpresa que llevarían a su nieta Katie que acababa de ser adoptada.
Pero tristemente se olvidaron de un detalle y es que en los aeropuertos hay ciertos objetos que no permiten ser transportados con el equipaje de mano. Y cuando llegó el momento de pasarlo por el escáner, ahí estuvo el agente para impedir que su preciado regalo pudiera ser llevado hasta el destino.
Pero una pasajera llamada Ivelise Hernández se percató de la situación y supo que no podía quedarse sin intervenir.
Ivelise viajaría en el mismo vuelo que el par de ancianos y su novio Rico la acompañaba
Mientras estaban en la fila vieron cómo los agentes no mostraron nada de empatía, y es que a fin de cuentas cumplían con su obligación. Pero estaban lejos de saber lo que Linda llevaba para su nieta, y que haría que rompieran a llorar al ver que no había manera de lograr convencerlos para que les dejaran llevar el paquete.
Ivelise vio cómo entre lágrimas eran obligados a desprenderse del regalo y lo tiraron en el contenedor de basura.
Enseguida le dijo a su novio Rico que no perdiera de vista el paquete, indudablemente debían hacer algo al respecto.
Además de ver a los ancianos totalmente rotos, la verdad es que Ivelise y Rico se preguntaban qué podría significar ese objeto, que causó ese dolor en la pareja al tener que separarse de él.
Siguiendo la petición de su novia, se despidieron e inmediatamente fue al contenedor. Pero para su sorpresa descubrió que no era nada más que una bola de cristal, de esos típicos souvenirs.
Pero cuando lo miró de cerca, lo entendió todo…
No era un recuerdo común y corriente. Se trataban de dos imágenes a cada lado y se podía escuchar una conocida melodía sonando al maniobrarla. En la parte inferior, una inscripción había sido añadida:
“Te amamos, Katie. Nana y papa 25/01/16”.
Había sido hecha a mano y diseñada especialmente para la pequeña Katie. Era lo que habían preparado para darle la bienvenida a su nueva familia, pero tristemente se vieron obligados a prescindir de se recuerdo para siempre.
Lo único que sabían era el nombre de la nieta y los apodos por los que ésta llamaba a sus abuelos.
Cuando Rico se lo contó a Ivelise, parecía imposible dar con ellos, era como encontrar una aguja en un pajar. Pero la joven dijo que movería cielo y tierra por dar con ellos. Así que resuelta a ello, se valió de las redes sociales y lo publicó en Facebook.
En una semana la publicación había sido compartida un total de 48 mil veces.
Para el asombro de Ivelise, una empleada de una tienda de regalos llamada Things Remembered (Cosas que se recuerdan), se contactó con ella para informarle que recordaba con exactitud aquel regalo.
Después de buscar entre sus archivos y contactos, milagrosamente dieron con un nombre: Linda Modry, la mujer que había solicitado fabricar la bola de nieve a medida para su pequeña nieta de 5 años.
No tardaron en ponerse en contacto con la pareja de abuelos, que no podían creer que Ivelise hubiera hecho todo eso sólo por devolverles la felicidad.
Al cabo de semanas, finalmente se pudo dar el emotivo reencuentro.
Linda esperó a Ivelise y Rico con un gran ramo de flores.
“Ella es maravillosa. No puedo creer que hizo esto. Hay gente muy buena, y ella es excepcional”, reconoció Linda a los medios.
Sin embargo, Ivelise insiste en que solamente hizo lo que tenía que hacer.
“Mi madre nos enseñó a siempre ser buenos con los demás. Yo quisiera que lo mismo me pasara a mi”, concluyó Ivelise.
Ivelise no pudo dejar de conmoverse al ver que todos sus esfuerzos dieron resultado
No te vayas sin compartir el admirable gesto de esta mujer, sólo para devolverles la felicidad a unos abuelos y a su nieta recién adoptada.