Trabajan más de 3.000 horas extra para que su compañero pueda cuidar a su hijo con leucemia

Hay momentos de la vida que se llenan de obstáculos muy difíciles de superar. Todo parece oscurecerse,  pero siempre hay personas que te tienden una mano amiga para ayudarte a superar la situación que pareciera no tener salida.

En Hesse, Alemania, un padre soltero de 36 años pasaba por una temporada de mucha tensión después de que se enterara en enero de 2017 que su pequeño hijo de 4 años, Julius, fue diagnosticado con leucemia. La enfermedad cancerígena que afecta a los tejidos que conforman la sangre dejando al organismo expuesto a una infección oportunista.

El hombre llamado Andreas Graff, debió solicitar las vacaciones pagadas en su trabajo para poder acompañar a su hijo a las consultas médicas en el hospital, además de estar junto a él al momento de recibir los largos tratamientos para combatir su enfermedad.

De hecho, las primeras nueve semanas de tratamiento el niño tuvo que estar postrado en la cama por recomendación de sus médicos, simplemente su padre no podía abandonarlo allí en el hospital.

Sin embargo, los días de vacaciones pagadas no eran suficientes para el padre y tuvo que tomar la decisión de dejar de asistir a su empleo arriesgándose a ser despedido. Graff estaba muy preocupado por su futuro laboral y económico pero no podía dejar solo a su hijo en la difícil batalla contra el cáncer.

La historia de Andreas llegó al Departamento de Recursos Humanos de su empresa e iniciaron una hermosa campaña entre los compañeros de trabajo de Graff. ¡Todos decidieron apoyar a Andreas Graff!

Más de 700 empleados que laboran en la misma empresa que Graff decidieron turnarse y repartir las horas de trabajo que originalmente le correspondían al hombre. Casi 3.300 horas de trabajo fueron hechas por los colegas de Graff. ¡Un verdadero trabajo en equipo!

Gracias a los directivos de la empresa y a aquellos que accedieron a cubrir su horario, lograron recaudar el dinero para el pequeño hijo de Andreas y evitar que fuera despedido de su empleo.

Sin esta increíble ayuda, estaría desempleado”, comentó con emoción el preocupado padre.

Graff, sin duda alguna, contó con mucha suerte de toparse con personas que se preocuparan por él y le brindaran su ayuda. Desafortunadamente, no en todos los casos ocurre la misma historia, provocando desenlaces desoladores para los padres que se ven en la obligación de renunciar a sus empleos.

Esperamos que el pequeño Julius logre ganar la batalla contra su enfermedad y ambos puedan restablecer una vida normal.

Esta situación demuestra que en el mundo no se acaba la generosidad, solo hay que abrir mejor nuestros ojos. ¡Comparte y comenta esta inspiradora historia con tus amigos!

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