«Si pudiera recuperar mi pierna no lo haría», la historia de Andy Grant te cambiará la vida

El protagonista de esta historia es Andy Grant, un veterano de guerra ex Royal Marines Commando que ahora se ha convertido en inspiración para muchas personas.

Él perdió una pierna en Afganistán, pero eso no le ha impedido convertirse en un atleta “No necesito tener dos piernas para estar en forma, ni tampoco es necesario un equipo de gimnasio de lujo”, comenta Andy instando a las personas a dejar de poner excusas y comenzar a invertir tiempo en sí mismos.

La vida de Andy ha estado marcada por las adversidades, pero sin duda él nació con la valentía necesaria para hacerles frente de la mejor manera, su resiliencia nos inspira a todos. Cuando Andy tenía 12 años de edad perdió a su madre a causa de la leucemia, y él ayudó a su padre en la crianza de sus dos hermanas menores.

Cinco años después gracias a un anuncio de televisión tomó la decisión de ser de la Marina, era un desafío que quería superar.

Así que asistió al comando y completó el proceso de entrenamiento con mucho éxito. Poco tiempo después participó en operaciones en Irak y Afganistán durante casi siete años.

Pero cinco meses después de permanecer en Afganistán sufrió una grave lesión, perdió una de sus piernas, estuvo dos semanas en estado de coma inducido y dieciocho meses visitando el hospital con mucha frecuencia para lograr su recuperación absoluta.

Fue difícil adaptarse a su nueva vida, pero Andy tomó la decisión de vivir cada día como si fuera el último y esforzarse para ser un atleta de alto rendimiento, velando siempre por su salud física y emocional.

Andy ha subido algunas de las montañas más altas del mundo, también aprendió a esquiar y surfear.

En la imagen podemos ver a Andy y a su hermosa familia.

“No perdí la pierna de inmediato. En esos momentos necesité ayuda psicológica, porque yo tenía que decidir qué hacer con la pierna. Los médicos tenían opiniones diferentes. Tardé seis meses en decidirlo. Sin duda, fue la etapa más complicada de mi vida. Pero bueno, todos afrontamos retos y problemas. Cuando mi madre murió aprendí desde muy joven a enfrentar las dificultades. Tenía amigos que habían perdido las dos piernas y o dos piernas y un brazo. Así que me sentía afortunado de estar vivo, y quería ayudar a otros que también tuvieran que superar obstáculos».

Su objetivo es enseñarle a la gente que “La vida es injusta, pero que lo importante no es el problema que tienes, sino cómo reaccionas a ello. Hay que pasar página, no podemos estar siempre pensando en el pasado”.

Así entrenaba Andy en el jardín, demostrando en un video que no hace falta tener un gimnasio de lujo para mantenerse en forma. Ni tampoco dos piernas.

Andy tiene tres hijas y se preocupa por ser un buen padre y porque sus pequeñas crezcan pensando que pueden hacer lo que quieran, que no hay excusas.

“Si me ofrecieran la oportunidad de recuperar la pierna, la rechazaría”, afirma con firmeza, “No siento que la necesite. Subo cualquier montaña, conduzco, nado, corro…Y no siento dolor, no sufro. Me despierto por la mañana, me ducho, me pongo la prótesis, voy al gimnasio, voy al trabajo, llevo a los niños al colegio…No, no la necesito, no la querría de vuelta”, comentó Andy.

Es reconocido como el corredor con una sola pierna más rápido del mundo, con un récord de 10 Km en un tiempo de 37:17. Se propuso como meta superar esa marca.
Actualmente es entrenador personal calificado y se dedica a dictar conferencias para inspirar a las personas a superar las dificultades con valentía y optimismo sin rendirse jamás.

Personalmente su historia me llegó al corazón, y me invitó a reflexionar acerca de esas excusas que solemos utilizar al momento de tomar decisiones importantes, y al generar cambios positivos en nuestra vida. Puedes visitar la página web de Andy aquí.

Andy tiene un tatuaje que dice «Tu no volverás a caminar», le han ofrecido borrarlo, pero él lo define como una divertida anécdota que quiere conservar.

liverpoolecho / Twitter

Nada es imposible y somos capaces de lograr cualquier sueño que tengamos, lo único que necesitamos es voluntad, perseverancia y constancia.

Vale la pena compartir el testimonio de Andy con nuestros seres queridos y darles una nueva perspectiva para vivir aprovechando cada segundo y utilizando los obstáculos como escalones en lugar de barreras.

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